Hacía más de un año que tenían fijada la fecha de su boda para la tarde del 25 de junio, pero la coincidencia con las elecciones generales fue un hecho que la pareja que forman Pilar Otero Romero y Augusto García Rial aprovecharon para ejercer su derecho al voto vestidos con sus mejores galas.

Tras una noche de fiesta, parte de la comitiva nupcial se presentó en las dependencias del colegio instalado en el instituto de la ESO a las 9.30 horas, Pilar vestida con el traje de novia y acompañada de dos de sus mejores amigas, una hermana y sus padres.

Sus propias amigas decidieron acompañarla "porque le hacía ilusión acudir al colegio electoral vestida de blanco; no lo dudamos y allí nos fuimos". Dicho y hecho, tras celebrar la boda en el pazo da Golpilleira, en Vilagarcía, la fiesta se extendió durante toda la noche para cumplir temprano con las urnas.

Costó llegar, pero apenas llevaban media hora abiertas las puertas del colegio electoral cuando entró toda la comitiva, llamando la atención de todos aquellos que se encontraban en esos momentos en las dependencias del instituto.

Tanto los miembros de la mesa como los interventores y apoderados de los diferentes partidos felicitaron a la pareja, que ayer ya se encontraba en camino de las vacaciones de la luna de miel.

Tanto Pilar como Augusto son muy conocidos en A Illa, ella por pertenecer a una conocida familia del municipio, mientras él es conocido por haber militado en varios clubes de fútbol, entre ellos el Céltiga, San Martín de Vilaxoán, y el pasado año, en el Amanecer de O Grove.

La presencia de esta pareja de novios recién casados no fue la única anécdota de la jornada. También en las dos mesas situadas en el instituto de la ESO hubo problemas a la hora de su constitución, ya que no aparecieron dos de los titulares. Uno de ellos presentó un certificado médico conforme no podía acudir. De todas formas, las mesas acabaron constituyéndose con los suplentes y la jornada transcurrió sin ningún tipo de incidentes.

En el resto de mesas, repartidas entre las instalaciones del consistorio y el colegio A Torre de A Illa, todo transcurrió sin problemas reseñables, salvo el hecho de que se registrase un importante descenso en el número de votantes en un municipio acostumbrado a superar, casi siempre, el 80% de participación.