Galicia vivió ayer el inicio de una nueva campaña electoral estatal con la vista puesta en octubre, cuando asumirá la tercera cita con las urnas en menos de un año, en este caso para elegir a los 75 integrantes del Parlamento gallego. Desde mañana hasta entonces, los partidos vivirán un continuum de estrategias y ofertas a los electores para tratar de lograr el mejor resultado posible. De momento, poco ha cambiado respecto al 20-D. La encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicada ayer para las generales del día 26 muestra una foto casi fija en la que el PP mantiene los diez escaños de diciembre, cinco menos que en 2011, y En Marea consolida su sorpasso al PSdeG, arañándole en Pontevedra uno hasta quedar el reparto total 7 a 5. Sería la primera vez en la historia que los socialistas cuentan con menos diputados que la segunda fuerza, tras haber logrado el empate con la alianza de Podemos, Anova y EU el 20-D, a pesar de recibir menos votos.

La encuesta pronostica otro sorpasso a nivel estatal, con una lista Unidos Podemos más sus confluencias en Galicia, Cataluña y Valencia que superaría a un PSOE con el peor resultado de su historia.

Los datos en Galicia confirmarían a En Marea como líder de una alternativa al popular Alberto Núñez Feijóo para dirigir la Xunta tras las elecciones de octubre si este no logra la mayoría absoluta o no puede alcanzar los 38 escaños de la Cámara gallega para ser elegido presidente con el apoyo de Ciudadanos.

El CIS ya atinó casi totalmente en Galicia en diciembre antes de los comicios generales que generaron un escenario político que derivó en fracaso ante la incapacidad de los partidos para formar una mayoría suficiente que eligiese presidente del Gobierno. Ahora, la imagen que ofrece el sondeo, realizado con 1.256 entrevistas, revela una foto prácticamente fija. Solo se mueve un diputado respecto a la cita de hace seis meses y es el segundo que tenía el PSdeG en Pontevedra y que ostentó Guillermo Meijón. Esa acta pasaría a En Marea, que sumaría tres por la provincia y siete en total por apenas 5 del puño y la rosa en su peor resultado en la historia. Mientras, Ciudadanos mantendría su único representante por A Coruña, a pesar de su crisis interna y el relevo de su candidato, y el BNG no aprovecharía la segunda oportunidad y repetiría el fiasco de quedarse fuera de la Cámara, algo que hasta el pasado 20-D no había sucedido desde 1996.

Feijóo se refirió ayer a estos datos, en los que destacó como "pésima noticia" que "el populismo pueda ser la alternativa a un gobierno democrático", en alusión a que Podemos se sitúe como segunda fuerza a nivel estatal. En su opinión, "lo importante es que el PSOE mantenga un nivel de voto" que le permita ser "alternativa" de gobierno.

Además, el también líder del PPdeG explicó que su partido saldrá "a ganar" en las autonómicas, donde cree que En Marea también podría superar a los socialistas.

Por si acaso, usó la encuesta del CIS para advertir a los votantes de Ciudadanos de que su voto es inútil para frenar a la izquierda rupturista en Galicia. El partido de Albert Rivera, considera Feijóo, "resta, pero no suma", en alusión a que quita apoyos a los populares, pero no los rentabiliza en escaños. "Si C's se presenta para que no gobiernan las mareas y los votos suponen que las mareas consigan escaños, es evidente que sus electores tienen que elegir entre PP y PSOE", argumentó.

El PP de Feijóo resulta incapaz de recuperar terreno en Galicia, a pesar de los anuncios de gasto que realizó precisamente durante el mes de mayo, coincidiendo con el sondeo del CIS. Mantiene sus diez actas, cinco menos que en 2011: 3 en Pontevedra, 2 en Ourense; 3 en A Coruña y 2 en Lugo.

Mientras, las nuevas formaciones en Galicia salen indemnes de sus problemas internos, mientras que el PSdeG es castigado por los suyos. El sondeo fue realizado entre los días 4 y 22 de mayo, justo en la precampaña de las tensas primarias socialistas para elegir candidato a la presidencia de la Xunta, proceso que ganó seis días después Xoaquín Fernández Leiceaga al diputado José Luis Méndez Romeu.

Los socialistas habían retenido en diciembre el segundo escaño logrado en 2011 en Pontevedra por apenas 8.001 votos. Lo llamativo de los datos del CIS es que no pierde ese sillón a manos de Ciudadanos, que es quien tenía más cerca, sino por En Marea, que precisaba casi 19.000 papeletas para alcanzarlo. Ese dato evidencia la endeblez socialista, pero también la pujanza de la alianza de Anova, Podemos y EU.

Los encontronazos internos de estos socios y la incumplida promesa de contar con grupo propio en el Congreso, que atribuyeron al veto del resto de partidos en la Mesa del Congreso, no solo no les pasan factura, sino que evidencian que se encuentran en forma para liderar la alternativa al PP en las autonómicas. El escenario estatal y el gallego serían similares, pero, al revés que en otras ocasiones, debería resolverse antes el primero, donde el PSOE tendría que decidir, de cumplirse el pronóstico del CIS, si apoya a Podemos y sus confluencias para alcanzar la Presidencia del Gobierno o si permite gobernar a los populares y mantiene a Mariano Rajoy en la Moncloa.

Ciudadanos muestra también el tirón de su marca, al margen de a quién coloque de candidato. Obtendría, de nuevo, un escaño por A Coruña, sin que los electores castiguen, aparentemente, que se saltase las primarias que incluso los de Rivera quisieron imponer a otras formaciones para relevar a Antonio Rodríguez y colocar a Xosé Canedo, en su momento excandidato de UPyD a la Xunta. El cambio en Pontevedra tampoco suma.

Por su parte, el BNG vive un nuevo latigazo en un via crucis que podría suponer una puñalada en octubre. Los nacionalistas experimentaron tras diciembre un nuevo proceso de refundación del que salieron victoriosas las tesis de la Unión do Povo Galego, favorables a no integrarse en coaliciones con fuerzas estatales, y el relevo forzado en Pontevedra -Carme Adán renunció y parte de candidato Luís Bará-. La campaña para incidir en que solo ellos garantizan la "voz propia" en Madrid, criticando a En Marea por no poder formar grupo, parece no surtir efecto. De nuevo, fuera del Congreso.

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