El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, redobló ayer su denuncia de los casos de corrupción que afectan al PP, después de decir en el debate que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, "no es decente", ante el "deber" que tienen los españoles de que haya un cambio tras el 20 de diciembre.

Ante 2.000 espectadores que se congregaron en el pabellón Príncipe de Asturias de Murcia, que el PSOE no ha logrado llenar, Sánchez aseguró que quien ganó el cara a cara fue "la verdad" porque Rajoy "mintió" al negar los recortes y no asumir su responsabilidad en los casos de corrupción de su partido.

"La derecha se ha enfadado porque dije lo que millones de españoles piensan y se ve que para la derecha, se puede pensar, pero no se puede decir", censuró Sánchez.

Insistió en su denuncia de que el PP se financió con dinero negro para reformar su sede de la calle Génova, de que destruyó a martillazos el ordenador del extesorero Luis Bárcenas y de que Rajoy le mandó un mensaje de móvil para expresarle su apoyo".

"¿Sabéis como vamos a llamar a este partido?", preguntó Sánchez al público, "le vamos a llamar 'yo voto por el cambio el próximo domingo un nuevo gobierno'", se ha contestado en medio de una salva de aplausos.

Según Sánchez, a los socialistas, "a diferencia de otros", se les entiende porque lo que hacen es "hablar claro".

Como en Alicante, el secretario general del PSOE aseguró que "no hay letras en el abecedario" para definir la corrupción del PP.

"La A de Arístegui, la B de Bárcenas, la C de Camps, la D de De la Serna, la E de (Esperanza) Aguirre, la F de Francisco Correa, la G de Granados...", enumeró Sánchez ante la ovación de la militancia, que le ha coreado en varias ocasiones "presidente, presidente".