Con el apoyo de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el ligero repunte que señalan las encuestas, Podemos encara con algo más de impulso la segunda semana de campaña, en cuyo acto central, ayer en La Caja Mágica de Madrid, consiguió reunir a más de 11.000 personas.

Gran parte de ese impulso se lo debe a la regidora barcelonesa, cuya implicación en la campaña de En Comú Podem puede proporcionar a esta alianza territorial de Podemos grupo propio en el Congreso.

Colau arropó ayer a Pablo Iglesias y, juntos, apelaron a la fraternidad, poniendo así en valor las alianzas territoriales podemitas. "Madrid puede volver a ser nuestra capital", soltó. Y el pabellón rompió en aplausos cuando dijo que se siente como en casa "en el Madrid que paró la privatización de los hospitales".

Iglesias se valió de la llamada a la fraternidad de Colau para defender su proyecto de "país de países", en el que "Madrid le pueda decir a Ada Colau 't'estimo molt' "en todas las lenguas".

"Yo soy español y me encanta abrazar a quien se siente catalán, a quien se siente vasco, gallego o andaluz, para construir un proyecto juntos. Lo decimos en Madrid y en todas partes y queremos que lo diga también la Constitución", dijo.

Iglesias, que no ha podido contener las lágrimas emocionado al final del mitin, insistió en que España no se merece "volver al pasado" y advirtió a los "señores de lo viejo" de que Podemos va a ganar las elecciones porque "este país no puede quedarse atrapado en el pasado". "Váyase a casa, señor Mariano Rajoy", exclamó.

"No queremos un país de bajos salarios y políticos corruptos que llegan a acuerdos con grandes empresarios en los palcos de los campos de fútbol", insistió