De las 106 mesas electorales del 25-S, más del 60% (un total de 67 urnas) situaron a En Marea como segunda fuerza, 55 de ellas en la ciudad, cinco en el barrio de Monte Porreiro y siete en el rural. Esa fidelidad del voto urbano mantiene a esta formación por delante de socialistas y nacionalistas en todo el municipio. Los socialistas lograron el segundo puesto en 27 urnas 11 urbanas, 15 rurales y una de Monte Porreiro) y el BNG solo lo logró en 11, diez de ellas en las parroquias. El PP fue la segunda fuerza en A Canicouva, donde el BNG no se resiente de la polémica por la, aún no existente, planta de compostaje prevista en esos montes. Tampoco recibe especial castigo en el vecino Pontesampaio.

En el otro lado de la moneda está Ciudadanos, con menos de 1.700 votos y mesas en las que su casillero aparece a cero, como en Pontemuiños, o con menos de diez papeletas, como en el antiguo Magisterio, A Seca, dos urnas de Monte Porreiro y una quincena en el rural. En ningún caso obtuvo más papeletas que el BNG pese a que los nacionalistas no opusieron una gran resistencia para librarse del último puesto. La lista que encabezó Luis Bará fue la cuarta peor en 70 mesas, 51 de ellas urbanas, seis en Monte Porreiro y 13 en el rural.

En Marea ocupó el farolillo rojo (entre las cuatro listas más votadas) en 16 urnas, todas ellas del rural y el PSOE lo hizo en 19 puntos, quince de la ciudad y cuatro del rural.