- Maneja buenas perspectivas para la renta variable, ¿pero qué impacto tendrá la retirada de los bancos centrales sobre la renta fija?

-Las subidas de tipos que llegan y las que están en camino serán más lentas que en ciclos económicos anteriores y los tipos de interés máximos que se van a alcanzar durante el ciclo son muy inferiores a los de ocasiones anteriores. La Fed llegará al entorno del 2,5% y el BCE si le da tiempo podría subirlos algo por encima del 1% en 2020. Estas subidas de tipos de interés previsiblemente van a mermar la rentabilidad de la renta fija. Es por ello que preferimos ser accionistas antes que bonistas.

-¿Queda algún refugio en la renta fija en donde todavía se pueda obtener una cierta rentabilidad?

-Hemos venido recomendando estos últimos años la inversión en crédito, pero esa oportunidad también se está agotando. Quedan opciones residuales en bonos high yield [aquellos que no logran el aprobado de las agencias de calificación] de Estados Unidos, no en el europeo, y en deuda soberana emergente, aunque son retornos del 3% en dólares, que uno si no cubre el riesgo divisa se quedan prácticamente en nada.

-Además de la inversión en renta fija y variable, ¿qué panorama vislumbra para el sector inmobiliario?

-Creemos que continuará la recuperación del mercado residencial aunque lo hará de un manera bastante desigual. En el centro de alas grandes ciudades de Madrid y Barcelona y las zonas de turismo extranjero, se producirá una recuperación significativa con subidas de precio de entre el 5% y el 6% anual. El resto del país muy plano en precios aunque sí que con una cierta recuperación en volúmenes de construcción y ventas.

- ¿Cuáles son los motivos de España a dos velocidades en el mercado inmobiliario?

-La razón es que atravesamos una dinámica demográfica adversa. Hay un envejecimiento de la población y una menor demanda natural. Además todavía tenemos mucho stock sobrante, que es algo que queda patente sobre todo en las zona de la periferia urbana.