Las cerca de 7.000 toneladas de pescado y marisco que se apilaban en el almacén de la nave que fue devorada por las llamas hace 8 días desprendían ayer un fuerte olor, producto de la descomposición. El olor llegaba incluso al acceso por la PO-551. Ante esta situación se inició la retirada de este producto a un ritmo alto. Entre 30 o 40 camiones al día con bañeras de carga que tienen una capacidad para unas 20 toneladas de material empezaron ayer la retirada de este producto orgánico. Asimismo, las excavadoras también cargaron en los camiones material procedente de la estructura de este almacén de 20 metros de altura que ardió.

Se espera que los trabajos para retirar todo el pescado y el marisco que se echó a perder se prolonguen durante al menos 6 días.

La empresa señala que únicamente se está desmontando la estructura de este almacén, por lo que de momento no tocan la primera parte de la nave, en donde se originó el fuego, previsiblemente por un fallo eléctrico en el entorno de una cinta transportadora. Y es que no se puede iniciar ese desmontaje hasta que la Policía Judicial concluya las pertinentes investigaciones.

El material que comenzó a retirarse ayer se traslada al concello de As Somozas, a una empresa de tratamiento de residuos orgánicos. Se trata de la gestora Sologas, que se encargará de su tratamiento y de elaborar algún producto derivado como fertilizantes. Estos residuos tienen la consideración de "subproductos animales no destinados al consumo humano" de categoría 2, al no contener sustancias ilegales o contaminantes.

Los trabajadores que ayer se citaron en Domaio indicaron, entre sus preocupaciones más inmediatas, la necesidad de desmontar lo antes posible toda la estructura afectada por las llamas "para poder reconstruir la nave lo antes posible". Las investigaciones sobre el origen del fuego están suponiendo un retraso para estos trabajos.