Cardama se hizo con el contrato de estos dos remolcadores para Marruecos tras superar en un concurso al astillero holandés Damen Shipyard, según pudo saber este periódico. El gigante del sector quedó en segunda posición en favor de la factoría viguesa justo en el mes en que el Tribunal General de la Unión Europea dio la razón al Reino de España, las sociedades Pymar (que representa a los astilleros privados) y Lico Leasing contra el dictamen de Bruselas que había declarado ilegal el antiguo tax lease por considerlarlo una ayuda de Estado.

El grupo Damen fue, precisamente, el que había encabezado aquella denuncia que finalizó con las bonificaciones fiscales que permitían la contratación naval en España y que tantos problemas supuso para la subsistencias de los astilleros, llegando muchos de ellos a cerrar sus puertas.

Es por este motivo que el concurso adjudicado ahora a Cardama adquiere una doble importancia para el sector y, en concreto, para los astilleros vigueses.