Los negociadores del centro de Vigo de PSA Peugeot Citroën plantearon ayer a los sindicatos que el nuevo convenio colectivo de la fábrica tenga una vigencia de cuatro años, de manera que pueda unificarse con los acuerdos del plan de competitividad suscrito hace un año, que tienen validez hasta 2019. La empresa también propuso otras medidas de carácter social, como una mayor flexibilidad de horarios para parte de la plantilla (en su mayoría, para el personal mensual), seguir trabajando en el fomento de la igualdad (el 18% de la plantilla de Balaídos son mujeres), facilitar excedencias en temporada de verano (entre el 15 de junio y el 15 de septiembre) y alentar a que todos los empleados (incluidos los que trabajan por turnos) puedan comer en el comedor del centro vigués.

Empresa y sindicatos se reunieron ayer mañana y tarde. La parte sindical centró sus demandas en los contratos parciales (acelerar el paso de contrato parcial a completo), las clasificaciones profesionales, la posibilidad de articular un sistema similar a la jubilación parcial para facilitar el retiro a los trabajadores de mayor edad, estabilizar las jornadas, etc. Ambas partes volverán a encontrarse el martes. El objetivo que tiene PSA-Vigo es que el nuevo convenio esté listo el próximo 23 de noviembre.

Por otra parte, el grupo comunicó ayer que el 10 de noviembre culminó la renegociación de las condiciones financieras y la prolongación de vencimiento del crédito sindicado de 3.000 millones que firmó en abril de 2014 con sus bancos sindicados. Dicho crédito se divide en dos tramos: el tramo A, de 2.000 millones, se ha prolongado hasta 2020, mientras que el B, de otros 1.000 millones lo ha hecho hasta 2018, gozando todavía de dos opciones de prórroga de un año. Sobre el acuerdo, Jean-Baptiste de Chatillon, director financiero de PSA, manifestó que "el éxito de esta operación demuestra la confianza de nuestros bancos asociados en la estrategia del grupo".