El índice de precios de consumo (IPC) se situó en octubre, por tercer mes consecutivo, en tasa negativa, 0,7%, debido a que los carburantes se abarataron menos que hace un año. Si el INE confirma este indicador adelantado el próximo 13 de noviembre, supondría que únicamente en dos de los últimos dieciséis meses (junio y julio de 2015) el IPC ha registrado una tasa positiva y en ambos casos de sólo el 0,1%.

La previsión del Gobierno es que el IPC cierre el año cercano al 0% o ligeramente en positivo. El catedrático de Economía de la Bangor University, Santiago Carbó, considera que este pronóstico es complicado que se cumpla. En cualquier caso, Carbó apunta que "no es cuestión de que con una décima por encima se está bien y con una por debajo mal", sino que son los fundamentales de la economía lo que importa, "el que la demanda interna y el sector exterior puedan propiciar un crecimiento que genere empleo". Asimismo, asegura que no debe haber preocupación por el dato negativo en sí, sino por la persistencia de la recuperación de la actividad económica.

Carbó subraya que a escala europea la preocupación es algo mayor porque en la zona del euro se observa mayor debilidad en el crecimiento económico en términos relativos que en España y añade que por ello el BCE apunta a impulsar más estímulos hacia finales de año.

El catedrático de Fundamentos de Análisis Económico de la Universidad de Valencia Joaquín Maudos también ve muy difícil que en dos meses se alcance una tasa del entorno del 0%. A este respecto, afirma que mucho tendría que tirar la demanda y subir el precio del petróleo para que esto se produjera.

Maudos señala que las previsiones son que el petróleo se mantenga en precios reducidos como consecuencia de la debilidad de la demanda y que el IPC continúe en niveles muy reducidos, y en el caso de la zona del euro muy por debajo del objetivo del BCE del 2%.