La economía española creció el 1% en el segundo trimestre del año respecto al anterior, una décima más de lo que había hecho en los tres primeros meses (0,9%), según la estimación provisional avanzada ayer por el Instituto Nacional de Estadística. De confirmarse esta apreciación, España sumaría ocho trimestres consecutivos de comportamiento positivo intertrimestral del producto interior bruto (PIB) del país -desde el tercer trimestre de 2013- y con trayectoria ascendente desde entonces. El aumento de la producción de abril a junio es el más intenso desde el del primer trimestre de 2007, antes de la crisis.

En tasa interanual -comparando el segundo trimestre de 2015 con el mismo periodo de 2014-, el avance del PIB alcanzó un ritmo del 3,1%, cuatro décimas más que en el primer trimestre. Entonces el crecimiento interanual fue del 2,7%. España suma así seis trimestres consecutivos con crecimiento interanual del PIB.

El Servicio de Estudios del BBVA (BBVA Research) avanzó ayer que la economía española se desacelerará en el tercer trimestre y que reducirá su tasa de avance respecto a los dos anteriores. Según los analistas del banco, y con la información disponible y los datos adelantados del trimestre ahora en curso, la economía española seguirá recuperándose, aunque a un ritmo "ligeramente inferior" que el observado en el primer semestre del año.

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Este pronóstico del BBVA es coincidente con otras previsiones, como la avanzada por el servicio de estudios del Banco de España en su boletín de junio. Según la autoridad bancaria, la previsión apunta a "una gradual desaceleración" de la economía española en todo el segundo semestre, tras "una evolución muy dinámica de la actividad" en la primera mitad del ejercicio. El aminoramiento del avance "se prolongaría el próximo año", según el Banco de España. La estimación es coincidente con la del Gobierno en su cuadro macroeconómico y con las de los principales organismos internacionales.

La "moderación en la tasa de crecimiento del PIB" a partir de julio estaría motivada, según el Banco de España, por "la previsible amortiguación de algunos de los impulsos expansivos" que han favorecido el crecimiento español en el primer semestre: "la reducción del precio del petróleo y la depreciación del euro".

Todas las previsiones están sujetas, sin embargo, a la volatilidad de un escenario internacional con múltiples factores de incertidumbre: la evolución de la crisis griega, las tensiones bursátiles chinas y el riesgo de estallido de "burbujas" en la gran economía asiática, la fecha e intensidad de las previsibles subidas de tipos de interés en EE UU y Reino Unido (probablemente a partir de este otoño) y el impacto del abaratamiento de las materias primas sobre algunas economías emergentes y sus monedas, países a muchos de los cuales -sobre todo, de Hispanoamérica- tiene exposición España.

Creación de empleo

El otro factor de desaceleración que se está detectando es la creación de empleo por unidad de PIB. En el segundo trimestre del año, con un avance del PIB en tasa interanual del 3,1%, la mejora del empleo fue muy similar a la del mismo trimestre de 2014, cuando la economía creció el 1,2%. Este desacoplaje entre el ritmo de avance del PIB y el del empleo ya fue puesto de manifiesto por algunos economistas, FUNCAS, el departamento de Relaciones Laborales de la patronal CEOE y La Caixa, entre otros centros de estudios.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, expresó ayer en "Onda Cero" su convicción de que la tasa de crecimiento del empleo se situará este año en el 3%, muy próxima a la que el Gobierno espera para el PIB (3,3%). El notable avance de la economía española entre abril y junio, cuantificado ayer por el INE, fue celebrado por De Guindos, quien sostuvo que "es la primera vez que vemos la luz al final del túnel".