Bajar más los salarios no sólo no va a ayudar a ganar competitividad sino que perjudicará la recuperación. El cambio de receta lo prescribió ayer la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la misma que al inicio de la crisis pidió los recortes salariales y duros ajustes a los países del sur de Europa, entre ellos a España.

"Mayores ajustes salariales a la baja en los países más afectados corren el riesgo de ser contraproducentes", porque elevaría el riesgo de pobreza y deprimiría la demanda, subraya ahora la OCDE en su informe anual sobre el empleo.

Su secretario general, Ángel Gurría, rechazó concretar el nombre de países, pero incidió en que "hay un límite porque llega un momento en que la caída de salarios pasa a ser un problema en sí mismo", puesto que "quita músculo a la recuperación" y "en algunos países hemos llegado a un punto en que esta solución ha llegado al límite" y "continuar puede ser contraproducente".

En España los salarios han caído un 1,8% anual de media desde 2009, un ajuste solo superado por Grecia (-5,2%), Portugal (-2,2%) e Irlanda (-2%).

Gurría insistió ayer en que "el ajuste" laboral, junto a las otras reformas estructurales puestas en marcha, "está funcionando", pero recordó que ese proceso obligado por la crisis "empezó tarde y, por tanto, tuvo que hacerse con mayor urgencia". Además, España no sólo tiene que afrontar "la normalización" de la situación macroeconómica, sino el "cambio del modelo económico" que consiste en "pasar del ladrillo a la neurona", de un sistema productivo focalizado en la construcción a otro en el que habrá que explotar las capacidades intelectuales.

El documento también apunta que España será el país de la OCDE donde más bajará el paro en términos relativos hasta finales de 2015, aunque en esa fecha, con un 23,9%, seguirá siendo el que tenga la segunda tasa más elevada tras Grecia.

Por su parte, el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, resaltó ayer la "velocidad de crucero" que está registrando la economía española, con una tasa de crecimiento anual de alrededor del 2%, aunque ha incidido en que lo más importante ahora es consolidar la recuperación del PIB en Europa.

De Guindos presidió la toma de posesión del nuevo secretario de Estado de Economía, Íñigo Fernández de Mesa, de la secretaria general del Tesoro, Rosa María Sánchez-Yebra, y de la presidenta del Instituto de Crédito Oficial (ICO), Irene Garrido, entre otros altos cargos.

Durante su discurso valoró el "comportamiento diferencial" de la economía española frente al estancamiento del PIB en la eurozona y ha dicho que el crecimiento de España en el primer semestre ha ayudado a que la zona euro no entrara en recesión.