Fernando Ferré, que fue dueño de la mayor compañía hotelera de Ibiza, el Grupo Playa Sol, admitió ayer un fraude continuado a las haciendas estatal y autonómica y que vulneró los derechos de trabajadores y ha aceptado cumplir una condena de cárcel de 7 años y pagar de forma solidaria 22 millones de euros. Ferré, que llegó a gestionar en torno a 15.000 camas y provocó uno de los mayores concursos de acreedores de los últimos años, ha pactado con las acusaciones para reducir en 74 años la pena inicialmente solicitada por la Fiscalía en el juicio celebrado esta mañana en Ibiza.

La negociación del acuerdo se ha prolongado durante toda la mañana por la dificultad planteada por el hecho de que Playa Sol está inmerso en un concurso de acreedores, ya que la administración judicial ha intentado aminorar un posible impago de la sanción económica a Ferré en calidad de responsable subsidiaria.

El pacto, que tendrá que ratificar el juez que gestiona el concurso de acreedores, establece penas que suman 7 años de cárcel, más 11 millones de euros de multa y otro tanto en concepto de responsabilidad para Ferrer, que deberá afrontar esta última cantidad de forma solidaria con el otro acusado, su ex asesor fiscal Josep Oller, que ha sido condenado a 14 meses de prisión y una multa de 11 millones de euros.