Los mejillones, además de sanos, ricos y nutritivos, tienen otra ventaja: carecen de enfermedades. Científicos del grupo de Patología de Organismos Marinos del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo (dependiente del CSIC) acaban de descubrir una molécula, llamada myticina C, que actúa como antibiótico natural y que podría estar detrás de la resistencia de este popular molusco. El hallazgo de esta nueva clase de péptido antimicrobiano supone un importante avance en el conocimiento del sistema inmune de estos bivalvos y sus descubridores no descartan su aplicación en el tratamiento de infecciones en otros moluscos -como la almeja y la ostra-, peces e incluso mamíferos.

"Existen otros casos parecidos, como el del langostino, que tiene unas moléculas llamadas peneidinas que se utilizan para curar enfermedades de otros crustáceos", explica Antonio Figueras, director del grupo. Los resultados de esta investigación han sido publicados en la prestigiosa revista Developmental and Comparative Inmunology y dieron lugar a una tesis doctoral elaborada por María del Mar Costa (natural de Moaña) y dirigida por el propio Figueras y la investigadora Beatriz Novoa, que fue leída el pasado viernes en Vigo. "El mejillón, a diferencia de otros bivalvos, no tiene mortalidades asociadas, es un bicho muy resistente que no se ve afectado casi por nada, de ahí el interés", explica María del Mar Costa.

Tipología

Hasta la fecha sólo se habían detectado en el mejillón cuatro clases de péptidos antimicrobianos: myticinas, mytilinas, defensinas y mytimicina (este último sólo parcialmente caracterizado y sólo presente en el mejillón atlántico o Mytilus edulis). El nuevo péptido, aunque encuadrado en las myticinas, difiere de las clases anteriormente descritas (A y B), por lo que constituye un nuevo tipo: myticina C.

El análisis de más de 100 individuos mostró además que las formas detectadas son propias y exclusivas de cada individuo. De hecho, el único caso en el que se encontraron secuencias compartidas fue entre mejillones hermanos.

Figueras cree que la nueva molécula tendrá aplicaciones prácticas en aquellos moluscos que se crían en tanques, ya que podrían utilizarse para "controlar el nivel de bacterias presentes en el agua" y evitar que dañen a los juveniles. "Pero primero hay que probar su actividad bactericida, ver contra qué hongos y bacterias es eficaz", argumenta María del Mar Costa. El descubrimiento de la myticina C también tiene importancia desde el punto de vista medioambiental, ya que se trata de un antibiótico natural y ecológico.

La investigación, sobre la cual se ha estado trabajando durante los últimos cuatro años, se enmarca dentro de un proyecto europeo para mejorar la resistencia a enfermedades de las especies más importantes en la acuicultura comunitaria: salmón, trucha, lubina, mejillón y ostra. En el proyecto, llamado Imaquanim, participan universidades y organismos públicos de investigación de 17 países.

"Queremos aprovechar el potencial que tiene Galicia"

Galicia ha mantenido durante los últimos tres años una producción de entre 150.000 y 300.000 toneladas de mejillón, un potencial que "no debemos desaprovechar".

El director del grupo de Patología de Organismos Marinos del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo (CSIC), entidad considerada de referencia para toda España, explica que el descubrimiento de la myticina C tiene valor desde el punto de vista académico, pero "mucho más desde el punto de vista práctico". Figueras asegura que Galicia tiene un gran potencial en el ámbito de la biotecnología marina por el cual también deben apostar las empresas.

El grupo de Figueras es uno de los responsables del conocimiento del sistema inmune del mejillón, y en la actualidad trabaja con las universidades de Pádua y Montpellieren en la creación de un microarray que permita el estudio simultáneo de gran cantidad de genes relacionados con el sistema inmune de este bivalvo. En el mundo se producen anualmente un millón de toneladas de mejillón, de los que el 48% procede de la Unión Europea.

En este sentido, Galicia, con entre 150.000 y 300.000 toneladas anuales, se mantiene como la primera productora de este molusco a nivel nacional. En el mundo, los mayores productores son actualmente China, Tailandia y España.