Rocío Iglesias llegó a Lalín de la mano de su pareja. Ella es natural de San Xurxo de Vea, A Estrada y sabía que el mundo de la estética en general y la manicura en particular era lo que le gustaba. A pesar de tener 27 años ya lleva uno y medio con su negocio. La joven pronto se hizo un hueco en este sector y ha ido aumentando clientela paulatinamente de tal manera que se ahora se encuentra inmersa en un proyecto para ampliar su negocio. Ayer, muy satisfecha por el galardón asentía que "nunca pensé ganar un premio como este, era algo que veía para las grandes empresas no para los pequeños negocios". Sin embargo, reivindica el papel de todos ellos, sabiendo hacer lo que mejor saben: "A partir de ahora solo queda seguir trabajando aún más duro". Explica que fue su suegra, en secreto, la que presentó su candidatura.