Una nueva expedición de la Escola de Xadrez de Pontevedra partió el pasado jueves al campamento Azraq (Jordania), que acoge a personas refugiadas que han tenido que abandonar Siria debido al conflicto bélico.

Esta es la tercera ocasión en la que los miembros del club pontevedrés visitan Jordania, donde crearon, en 2016, una escuela que se mantiene hoy en día, todo ello con el objetivo de fomentar el ajedrez como actividad educativa y social.

La expedición pontevedresa destaca las sensaciones y sentimientos que acompañan esta experiencia, algo difícil de explicar con palabras, sobre todo el momento en el que entran en el campo de refigiados y descubren que cada uno de ellos tiene una trágica historia a sus espaldas. Les han despojado de la vida y les han dejado pocas esperanzas de futuro.

Por eso, y con todo lo que conlleva, el proyecto "Ajedrez: Estrategia por la Paz" es un compromiso que está más fuerte que nunca.

Una vez superados los trámites para entrar en el campo, los miembros del club Xadrez Pontevedra son recibidos en el aula con una canción de bienvenida. Después es cuando comprueban los avances de los niños con el ajedrez, utilizando incluso el vocabulario propio de este deporte, lo que ilusiona mucho a los pontevedreses.

Comienzan entonces las clases de ajedrez en dos aulas diferentes. Cada grupo es amplio y los cinco monitores de Escola Xadrez Pontevedra están arropados por varios profesores y profesoras sirios, así como por cooperantes de Relief, que son los que van a continuar la actividad.

El club lerezano entrega unos manuales de la escuela de Iniciación 1 y 2 con traducción completa al árabe. Niñas y niños desarraigados de su tierra y muchos sin familia, víctimas de las nefastas consecuencias que producen las guerras, no conocen otra lengua que la materna, por eso el llevar los manuales totalmente traducidos es brindarles una mejor calidad pedagógica.

Tal y como relata la expedición de la Escola Xadrez Pontevedra, el trabajo previo, sin escatimar esfuerzos, tuvo la mejor de las recompensas: ver la cara de felicidad en las más pequeños al recibir cada manual.

El ajedrez formará parte del sistema educativo, siendo una herramienta de gran valor social.