La realidad en el Pontevedra hoy por hoy es "salir de ahí". No se habla abiertamente de que el objetivo es la permanencia, pero resulta grosero pensar a estas alturas del año en otra cosa que no sea en el deseo de vivir una temporada tranquila en la que el final de liga no se afronte con el agua al cuello. La decepción que supone la odiosa comparación con la campaña pasada hace que la afición haya perdido definitivamente la paciencia.

Lo que en el descanso del partido ante el Valladolid B fue la primera bronca a modo de aviso, el domingo se convirtió en algo mucho más generalizado. Si bien es cierto que todavía existieron algunos tímidos aplausos animosos al término de los primeros 45 minutos, lo que definitivamente terminó por caldear el ambiente en las gradas fue el gesto desde la megafonía de poner el himno del equipo a gran volumen para silenciar las quejas de los aficionados.

Es frecuente que en Pasarón se ponga el himno granate tras los partidos, pero no es así en el descanso. Intencionado o no, fue un gesto llamativo en un momento de bronca casi generalizada que ya se había vivido hace una semana y que tenía a todo el mundo en preaviso después de la imagen ofrecida ante el Valladolid B. Al término de los 90 minutos reglamentarios el panorama fue otro, esta vez la música no hizo acto de aparición y los gritos, reproches y pitos aumentaron en decibelios y esta vez fueron más visibles en todas las gradas al verse también algún pañuelo blanco en señal de protesta.

Ambiente frío

El día era frío en Pontevedra para ver el partido ante la Gimnástica Segoviana pero el ambiente lo fue todavía más. Cierto es que el Pontevedra lleva un mes sin perder y que este domingo acabó con la portería a cero por primera vez desde hace ocho jornadas, pero cuatro empates consecutivos en casa y una mala clasificación han terminado por repercutir en la afluencia al campo en el momento en el que más duro se hace acudir, cuando el tiempo no es agradable. La peor entrada de la temporada ha llegado en el momento en el que quizás el equipo necesite de un mayor apoyo y los aficionados que ante la Segoviana fueron fieles al equipo una jornada más, tampoco dudaron en ser críticos ante lo que no les estaba gustando.

Cambios

Luisito venía de un partido complicado en el que no consiguió que su Pontevedra sacase los tres puntos de la visita del colista, Valladolid B. Aquel encuentro finalizó sin que el entrenador de Teo decidiese agotar los cambios porque no lo veía "preciso". Las necesidades del pasado domingo eran otras y para esta ocasión la búsqueda de soluciones se anticipó mucho más de lo habitual. El técnico granate no dudó en quitar a Álex Fernández del terreno de juego a la media hora para cambiar el sistema y regresar a la defensa de cuatro y, no contento con esto, en el descanso introdujo a Iván Martín arriba para jugar con un esquema de dos puntas. Tres sistemas diferentes que no consiguieron igualmente ver puerta en las escasas oportunidades generadas.

Nervios y más nervios

Era un secreto a voces, pero el cuerpo técnico ya lo ha reconocido. Hay jugadores que no están llevando bien la presión de los resultados y la mala clasificación y esto le está repercutiendo seriamente en el rendimiento. Los errores y el temor a arriesgarse impiden que muchos futbolistas puedan demostrar el motivo de por qué el Pontevedra decidió apostar por ellos este verano. Los nervios son más que visibles y el rival sabe que es un arma a su favor cada vez que tienen a los granates en frente. Situaciones así son las que provocan momentos rocambolescos como el choque entre dos centrales que van a despejar un balón a la vez o discusiones entre el banquillo y los jugadores ante una corrección por una jugada puntual.

Jimmy

Tras los minutos en Bouzas que le sirvieron para ir ganando en confianza y ritmo de juego, el regreso de Jimmy a la liga no se hizo esperar mucho más. El lateral zurdo volvió a jugar en Pasarón por primera vez desde su lesión ante el San Sebastián de los Reyes de finales de septiembre. Dispuso de una hora de juego tras ser el elegido por Luisito para cambiar el sistema ante las dificultades del equipo en la primera parte.

Gol anulado

No se puede decir que el partido estuviese condicionado por una jugada y probablemente sería injusto que la Gimnástica Segoviana se regresase a casa con una derrota después de los méritos puestos en escena. Tampoco se debe obviar el tanto anulado incorrectamente al Pontevedra en la segunda parte. El colegiado decidió no meterse en problemas y señalar una inexistente falta en ataque tras un barullo en el área pequeña que se resolvió con un tanto granate. Lo que los colegiados unas veces le han dado al Pontevedra (señalando rigurosas penas máximas en casa como en el día ante el Toledo), el domingo se lo ha quitado. Luisito se encargó de recordarlo en rueda de prensa en varias ocasiones a pesar de decir que no le sirve como excusa.