La virtud convertida en defecto. El Pontevedra de esta temporada y el de la pasada son como la noche y el día. La situación clasificatoria actual dista mucho de ser similar a la de hace un año. Y uno de los factores más evidentes para explicar esta situación opuesta es la transformación que ha sufrido el equipo lerezano en los tramos finales de los partidos. De ser capaz de anotar goles por doquier e incluso levantar resultados adversos, a convertirse en un conjunto frágil capaz de permitir milagros como el del pasado domingo al Guijuelo.

Los datos hablan por sí solos. En 15 encuentros disputados hasta la fecha, el equipo lerezano ha perdido ya 10 puntos por culpa de goles encajados en los últimos minutos. En 15 partidos, el bloque de Pasarón ha recibido 12 dianas en el cuarto de hora final o los tiempos de añadido.

Del total, 9 goles le han costado puntos (Rápido de Bouzas, Cerceda, Toledo, Ponferradina, Deportivo Fabril, Talavera y tres del Guijuelo). Mientras, ante el Celta B, Fuenlabrada y Racing de Ferrol, los tres tantos encajados no supusieron modificación alguna en el resultado final.

Es decir, la escuadra de la capital pontevedresa ha encajado algún tanto en el último cuarto de hora y el descuento en 10 de los 15 partidos que ha disputado hasta la fecha. De este modo, el actual Pontevedra recibe un gol a partir del minuto 75 en el 66% de sus participaciones ligueras.

Además, Edu Sousa recibió gol en ese último tramo en las cinco primeras jornadas ligueras de forma consecutiva y también en tres de las últimas cuatro. Por tanto, el Pontevedra fue capaz de acabar con esa racha, como ahora busca volver a hacer definitivamente.

En el lado positivo está la remontada contra el Coruxo. En el que quizá ha sido el único partido con fortuna para el Pontevedra este curso, el equipo granate le dio la vuelta al 0-1 en el último cuarto de hora con goles de Álex González y Añón, de penalti.

Estos tres puntos han sido los únicos que el bloque dirigido por Luisito ha cosechado gracias a sus tantos en el tramo final. Por tanto, el balance de puntos ganados y perdidos sale negativo, con 7 en contra.

La diferencia con el curso pasado es notoria. El Pontevedra anotó en total 18 goles a partir del minuto 75 y los tiempos de añadido a lo largo de la fase regular. Y tan solo recibió 5. Ese puñado de tantos en contra le costó ganar 5 puntos. Sin embargo, la enorme cantidad de goles a favor supuso una gran renta.

9 puntos a favor

De los 18 tantos anotados por el equipo lerezano en liga contando solo este tramo del encuentro, 9 supusieron un cambio en el sino del partido. Y 14 fueron los puntos logrados gracias a ellos, lo que deja un balance limpio, restando los -5 anteriormente citados, de +9.

Sin embargo, en lo que debe fijarse el equipo granate es que este gran rendimiento surgió a partir de la segunda mitad del campeonato, cuando perdió 4 puntos, pero logró ganar 11 que, a la postre, resultaron claves para entrar en el play off.