Un solitario gol desde los once metros en el tramo final del encuentro resultó más que suficiente para que el Pontevedra CF saliera derrotado de Merkatondoa ante un CD Izarra que consiguió ganar en intensidad a los granates. Siempre con mucho viento, la primera parte fue la más igualada de las dos, pues en la segunda, y sin verse grandes ocasiones. Los locales fueron mucho más ambiciosos.

El choque comenzó con los dos equipos muy aguerridos en la presión defensiva pero sin tomar casi riesgos en materia ofensiva, acaso temerosos de encajar un gol tempranero que pudiera colocar el marcador en contra a las primeras de cambio, y máxime en un día plomizo y ventoso que dificultaba enormemente el control del cuero, sobre todo en las pelotas aéreas, que no fueron pocas.

Ambos conjuntos malgastaron muchos minutos en asentarse sobre el césped y ninguno se decidió a quitarse el corsé táctico impuesto por los respectivos técnicos, pues tanto Borja Jiménez como Luisito habían propuesto un dibujo marcado por las precauciones y sus jugadores se mostraron disciplinados y sin salirse del guión.

Hasta el ecuador del primer periodo no se vieron llegadas a las áreas y sí mucho balón largo y dividido, con las defensas siempre protagonistas, el centro del campo casi sin olerla y las delanteras abocadas a pelear en desventaja por balones imposibles que la mayor parte de las veces acababan siendo despejados con contundencia por unas zagas que no tenían ningún miramiento. Parecía que solo un error podría provocar algo de peligro.

La primera y única acción reseñable en todo el primer periodo se vio en el minuto 24 y fue local, cuando Julen Goñi estuvo a punto de marcar el primero de la tarde con un disparo muy intencionado y de larga distancia que voló directo y potente a la red pero que el cancerbero gallego Edu detuvo en seco con una enorme parada que se llevó muchísimos aplausos de la grada.

De ahí a la llegada del preceptivo tiempo de descanso el juego prosiguió plano e insulso sin que ninguno de los dos contendientes propusiera algo distinto a lo visto anteriormente.

Tan sólo cabe destacar que en el minuto cuarenta se producía la jugada desgraciada del encuentro pues el local Javi Navas caía lesionado de gravedad con un fuerte golpe en la cara y además de ser sustituido por un compañero tuvo que ser evacuado directamente al hospital.

A la vuelta de los vestuarios en el inicio de la segunda el juego siguió siendo muy parecido, si no calcado, al de la primera parte. El viento arreciaba con fuerza y el Pontevedra, con él en contra, parecía cada vez más destemplado, sin ideas y espeso a la hora de hacer circular la pelota. La mayor parte de las veces lo hacía en horizontal y nunca en vertical al marco de su rival.

Con el paso de los minutos el Izarra se fue sintiendo más seguro y cómodo. Seguro porque el Pontevedra no era capaz de generar peligro alguno y cómodo porque cada vez controlaba más el balón con suficiencia, sin demasiada verticalidad pero apenas sin desgaste para recuperarlo.

El Pontevedra no funcionaba y Luisito movió el banquillo en busca de un revulsivo que al menos variara la dinámica de un grupo demasiado acomodado y conservador.

Al final los locales lograron marcar sin ni siquiera generar mucho peligro, en el tramo final y desde los once metros. En una jugada muy clara en la que Capi cometió una pena máxima que el colegiado encargado de la contienda no dudó un instante en señalar. Pito, el especialista local en estas lides en ausencia de Cabrera, se encargó de lanzar y transformar un penalti que prácticamente significaba la sentencia para un equipo granate sin gol ni mordiente en Merkatondoa, porque de ahí a la conclusión del enfrentamiento tampoco se verían acciones de peligro.

Con esta derrota el Pontevedra acumula su quinto partido sin ver puerta pero mantiene la cuarta plaza que da derecho a disputar los play offs de ascenso gracias a la derrota el sábado del Valladolid B en Mutilva y el empate sin goles de la Ponferradina. Los grandes beneficiados de la jornada son el Racing de Santander y el Celta B que no solo amplían ventaja con los granates sino que la recortan con una Cultural, que perdió sorprendentemente en Boiro.