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Un rival herido pero muy peligroso

El Pontevedra juega este domingo en Burgos ante un equipo sumido en un momento crítico tanto en la parte institucional como la deportiva - Manix Mandiola tomó las riendas en El Plantío la jornada pasada

Portela y Álex González durante un entrenamiento. // Rafa Vázquez

El Pontevedra se enfrenta este fin de semana a una de sus desplazamientos largos de la campaña para verse las caras contra un rival en horas bajas a todos los niveles y al que se le aúna una profunda crisis deportiva que le ha llevado hasta la última plaza de la clasificación con sus problemas institucionales.

Pero no hay nada más peligroso que un animal herido y acorralado, especialmente cuando la criatura tiene potencial y fuerza para hacerte daño. Este símil le viene como anillo al dedo a un Burgos que por plantilla y tradición tiene mimbres suficientes para pelear con los equipos de arriba tal y como ha ocurrido la campaña pasada con su clasificación para la Copa del Rey.

Esta temporada todo ha arrancado torcido para los de El Plantío. El entrenador con el que comenzaron la temporada, Paco Fernández ha durado poco más de un mes de competición al frente del equipo después de cosechar un empate en seis partidos luego de empatar en su visita a Guijuelo. Los malos resultados cosechados sobre todo en casa, donde todavía no han conseguido puntuar, y la eliminación de la Copa del Rey a las primeras de cambio le han costado la destitución a quien fuera entrenador del Rácing de Santander en su último ascenso a Segunda hace tres campañas.

El ex del Tudelano, Manix Mandiola, que ya había sonado con mucha fuerza para ocupar el banquillo burgalés este verano tras la marcha del Ángel Viadero al Sardinero, firmó por el Burgos hace semana y media para tratar de redirigir el rumbo pero sin lograr un buen resultado en su debut al perder en Vigo por goleada (4-1) ante el filial del Celta.

Con el objetivo de poder dar una alegría a afición y plantilla, el cuadro blanco disputó esta misma semana un partido amistoso ante un rival de categoría inferior y con poco rodaje a sus espaldas como la selección de Castilla y León. Pero lo que prometía ser un plácido encuentro para recuperar sensaciones se tornó de nuevo en pesadilla al sumar una nueva derrota y acumular nuevamente momentos y errores que no invitan al optimismo.

Si los problemas en la faceta deportiva fueran pocos, al Burgos se le une también la falta de legitimidad de su cúpula directiva tras la celebración de una asamblea general que se puede catalogar como un auténtico fracaso tras no conseguir aprobar ninguno de los puntos que iban en la orden del día. Este contratiempo ha obligado al actual presidente Juan Carlos Barriocanal a convocar elecciones en busca de que tome las riendas del club una persona que consigue agrupar una mayor comunión con la masa social.

Con todo este panorama desfavorable para el bando local, el Pontevedra viajará ya mañana a suelo castellano en busca de escarbar en la herida de su rival y traerse para casa su primera victoria de la temporada como visitante, que sería además la tercera consecutiva del año y confirmaría un arranque de liga espectacular.

Pese a la mala racha del Burgos el equipo tiene no obstante plantilla suficiente para ponerle las cosas muy difíciles a los granates. Si bien no fueron capaces de mantener a la mayor parte del bloque que el año pasado les aupó al quinto puesto, sí es cierto que han mantenido a gran parte de las piezas importantes de esa plantilla como el portero Toni Lechuga, el centrocampista Fito Miranda o el delantero Adrián Hernández. A estos puntales han unido gente de nivel contrastado en la categoría de bronce o incluso superior como Ávaro Antón (Ponferradina), Armiche (Barakaldo) o el ex fabrilista Uxío.

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