Tras la reunión del pasado martes, la delegación de árbitros de Pontevedra decidió no acudir a la huelga arbitral a la que sí se han sumado las cuatros delegaciones de la zona norte de Galicia en su reclamación de la reposición en el cargo al delegado arbitral de Santiago de Carlos Otero y la destitución de presidente del Comité Técnico Gallego de Árbitros, Fernando Iglesias Figueroa.

La situación dio un giro el pasado miércoles cuando Iglesias Figeroa presentó su dimisión para desbloquear la situación. Ante el cambio de acontecimientos, el delegado de Pontevedra Manuel Vidal Araujo aclaró que, pendientes de una reunión que se celebra hoy, "la postura la decidirán los árbitros, de momento todavía estamos expectantes, pero la idea mía como delegado es la de no ir a la huelga, siempre respetando tanto a los compañeros que sí decidan ir como a los que no, pero al servicio de la Federación Gallega de Fútbol para poder sacar adelante el mayor número de partidos posibles en cualquiera de los campos en los que nuestros colegiados sean designados".

El comité pontevedrés tuvo que lamentar además el pasado fin de semana la agresión a uno de sus colegiados, quien además de ser golpeado sufrió insultos racistas por parte de un jugador del S.D. Cacheiras cuando desempeñaba su trabajo en la segunda autonómica de la provincia de A Coruña. El delegado reconoce que "fue un susto, pero se encuentra bien".