El Pontevedra, que hoy tiene jornada de descanso, inició ayer un nueva semana de trabajo tras la gran victoria del domingo ante el Coruxo, un equipo que visitó Pasarón como líder y fue maniatado y dominado por un Pontevedra que en ningún momento se arrugó pese a la situación incómoda en la que llegaban al encuentro debido a su situación en la tabla clasificatoria y la crisis de goles y malos resultados.

Ganar al primer clasificado y revelación del torneo es la mejor forma de despejar las dudas y coger energías para afrontar una un desplazamiento complicado como el de este fin de semana en Santander, en uno de los estadios que a priori son de los más complicados de toda la categoría.

A lo largo de la semana ya eran muchas las voces que hacían presagiar una victoria en este domingo, la confianza y la moral de la plantilla eran las óptimas para afrontar un partido de estas características y el discurso de que "el fútbol no estaba siendo justo" con el Pontevedra era el más repetido hasta ayer. Tras un partido incontestable en el que los granates dominaron durante al menos 75 minutos, la balanza cayó esta vez del lado lerezano para alcanzar la victoria más brillante de la temporada, un triunfo en el que lo más importante fue que el buen juego habitual que los granates suelen ofrecer en su estadio, esta vez vino acompañado de goles y una mayor efectividad de cara a puerta. El técnico Luisito afirmó en este aspecto en la rueda de prensa que "fallaremos goles, fallaremos pases, pero este equipo ofrece espectáculo siempre".

Llegan los goles

Al margen de la importancia de la victoria, el buen juego y los tres puntos, la mejor noticia del encuentro de ayer fueron los tres goles. El Pontevedra consiguió anotar en un partido más goles que en las seis primeras jornadas, generando oportunidades y mejorando en su efectividad de cara a puerta.

Si bien es cierto que hasta el primer tanto el equipo estaba exhibiendo su habitual imagen de dominio y de estar cerca del gol, no fue hasta que los de Luisito abrieron la lata cuando los jugadores parecieron quitarse definitivamente de encima la losa de la falta de gol para desatarse definitivamente en ataque y poder gustarse en el campo, algo que hizo disfrutar también a la afición. No obstante para Luisito, nunca es suficiente y el técnico afirmó que "la única pena es que pudimos meter cuatro a cero o cinco a cero", un discurso habitual en la pasada campaña, en la que el Pontevedra conseguía dominar y ser muy superiores a sus rivales de Tercera gallega pero que todavía no se había podido escuchar este año.