Celta y Real Sociedad reanudaron ayer los entrenamientos en A Madroa y en Zubieta, respectivamente, para preparar el partido del próximo domingo en Anoeta (18:30 horas), correspondiente a la vigésima jornada de LaLiga. Cincuenta y cuatro duelos acumulan en tierras donostiarras realistas y célticos, entrenados por dos técnicos que pasaron por el Barça y cuyos equipos practican estilos de juego similares. De hecho, ambos destacan por su gran capacidad rematadora, con 33 goles a favor en la primera vuelta del campeonato.

El conjunto de Juan Carlos Unzué realiza su segundo desplazamiento consecutivo en LaLiga. Tras ganar el domingo pasado al Levante en Orriols (0-1), ahora le espera un rival que siempre le ha planteado enfrentamientos muy complicados. De hecho, los números de estos duelos en San Sebastián entre blanquiazules y celestes presenta un balance muy favorable para los donostiarra: 33 triunfos locales, 15 empates y 6 derrotas.

La Real Sociedad ganó la temporada anterior al Celta en Anoeta gracias a un tanto de Juanmi. Un año antes se produjo la última victoria céltica en el estadio txuri urdin (2-3). De nada sirvieron los dos tantos de Agirretxe para los donostiarras, que sufrieron la derrota en los minutos finales gracias a un disparo desde fuera del área del Tucu Hernández.Aspas se encargó de igualar los dos tantos del delantero vasco y el internacional chileno rompió la igualada en el último minuto a favor de los celestes.

La marcha de Carlos Vela al fútbol estadounidense ha debilitado a una Real Sociedad que cuenta con el brasileño Willian José como máxima referencia goleadora. Suma ocho tantos el delantero suramericano. Como acompañantes tiene al canterano Oyarzabal, que contabiliza seis tantos. Juanmi, con 4, es el tercer máximo realizador del equipo que dirige el excéltico Eusebio Sacristán.

El partido del domingo se celebrará en plenas fiestas patronales en la capital guipuzcoana, que la noche del viernes al sábado vivirá una nueva Tamborrada dedicada a San Sebastián.La Sociedad Gaztelubide y los representantes de otras tamborradas empiezan a interpretar en la medianoche las melodías de Sarriegui, que sonarán a lo largo de la jornada, con la presencia de dieciocho mil tambores por toda la ciudad.