"Hasta ahora solo lo hemos visto progresar". Con esa frase se resume la carrera del ciclista Pablo Rodríguez. La pronuncia su impulsor en el Club Ciclista Maceda, Xulio Conde, que el pasado domingo celebró a pie de circuito, en Vallnord (Andorra), la tercera posición del corredor del MMR en la última prueba de la Copa del Mundo. Siete años han transcurrido desde que el nombre del macedano comenzó a sonar en los grandes podios. Cuando se proclamó campeón de España cadete de BTT en la olímpica montaña de Montjuic el 19 de julio de 2007, Pablo Rodríguez abría un álbum de éxitos que, a sus 23 años, probablemente tiene más futuro que pasado.

Su primer título a escala estatal llegaba solo cinco años después de que se pusiera en marcha la Escuela de Ciclismo José Antonio Hermida en Maceda. Desde entonces han llovido los logros autonómicos y nacionales y, desde 2001, en su segundo año como júnior, también los internacionales. En su etapa sub 23, Pablo Rodríguez ganó una prueba de la Copa del Mundo y peleó por el campeonato hasta la última carrera, quedando subcampeón.

También en 2015 se proclamó campeón de Europa sub 23, cuando todavía era difícil imaginar que su primera experiencia entre los élite se cerraría con un tercer puesto en la carrera final de la Copa del Mundo. Era el mismo escenario en el que se clasificó décimo en el Mundial, mientras se jugaba una clasificación para los Juegos Olímpicos que finalmente se truncó por decisión del seleccionador.

"Llegar tercero es un hecho histórico. Situarse entre los mejores del mundo en la categoría reina es subir un escalón más, pero es un escalón importante. Codearse con Absalon (leyenda francesa del BTT) era impensable a principio de temporada y ya no digamos el año pasado", apunta Xulio Conde para enmarcar la dimensión del logro.

Pudo abrazar a Pablo Rodríguez en el circuito, a la conclusión de la carrera. "Lo vi muy contento, y muy concentrado antes de correr", recuerda Xulio Conde. La clave estuvo en las semanas previas: "Se preparó minuciosamente. Se fue de Canadá (de la penúltima cita de la Copa del Mundo) a Manzaneda para entrenarse en altitud. La carrera de Andorra se corrió a 1.900 o 2.000 metros y se nota mucho. Pablo renunció a las vacaciones para irse a preparar la carrera. Iba muy convencido de hacerlo bien".

Aunque exteriorizaba la alegría por verse en el podio, Xulio Conde considera que el protagonista de la proeza tardará en asumir su dimensión: "Estaba contento, con la sensación del objetivo cumplido, lucirse en una carrera de estas. Cuando pase el tiempo se dará cuenta, pero como ya fue campeón de Europa y en carreras de la Copa del Mundo sub 23 lo ve más normal. Desde fuera, se ve de otra forma".

La progresión incesante

A Pablo Rodríguez se le veía venir. De lo que más se enorgullece su primer entrenador es de la progresión que ha descrito antes y después de hacerse profesional. "Es un corredor que desde siempre fue subiendo paso a paso -recuerda-. En clasificación y resultados fue progresando. Ya en su último año como sub 23 los tiempos decían que iban ser competitivos en élite y este resultado confirma su progresión y la afianza. Por encima de aquí hay poco más. Estar metido ahí siempre, luchando por los podios y ganar alguna carrera".

Xulio Conde no le vislumbra un techo. "Esto va a año a año. Puede que te salga una gran temporada pero solo hay pensar en seguir trabajando para la siguiente. No sé donde está su techo, aunque conseguir mucho más es complicado. Ahora mismo no se sabe a donde puede llegar y a algunos de los que tiene por delante les toca retirada".

La experiencia que Pablo Rodríguez está adquiriendo en la competición internacional contribuye a modelar su potencial para abordar empresas mayores. "Este año ha sabido dominar todo tipo de situaciones -apunta Xulio Conde sobre la fortaleza psicológica del que fue su pupilo-, y en ningún momento se vino abajo. Los peores resultados fueron por percances mecánicos, lo demás han sido buenas carreras. En el Mundial acabó décimo, que ya fue un puestazo increíble".

El salto al podio de Pablo Rodríguez coincidió con otro momento enormemente emotivo para el Club Ciclista Maceda Academia Postal Actyon y su escuela de ciclismo, la posible despedida del circuito internacional de José Antonio Hermida, a sus 38 años un icono de la bicicleta de montaña. "Oficialmente es casi una retirada. El pelotón de hecho le brindó una despedida en Andorra, aunque ya ha dicho que se va a tomar unos días para pensar lo que hace. Es posible que se le haya acabado el BTT, aunque podría hacer otras modalidades", explica Xulio Conde.

Considera que no procede ver en Pablo Rodríguez un relevo del subcampeón olímpico en Atenas. "No me gusta hablar de relevos porque cada corredor es un mundo. Hermida había sido campeón del mundo júnior y sub 23. Era otro mountain bike y también fue progresando. Cada uno es cada uno y es muy difícil hablar de relevos. Hay varios corredores que en el futuro pueden tener muy buenos resultados", señala Xulio Conde.