El Grupo 2 de Primera Autonómica llegó el pasado domingo a un extraño ecuador de la temporada. La jornada aplazada en su día por el temporal hizo que la primera vuelta se cerrase con solo 16 partidos de los 34 totales. Los 17 se alcanzaron por tanto con la disputa de la primera jornada de la segunda vuelta. En ese punto medio, el mejor equipo de la categoría es un Agolada que manda en solitario con tres puntos más que el Piloño, con cinco sobre el Flavia y con siete más que un Lalín que ha ido de menos a más. A los tres equipos dezanos les queda mucho por delante en una categoría muy igualada y en la que figuran un gran número de equipos de renombre. Unión, Puebla, Soneira, Bertamiráns, Bastavales, Cordeiro, Riveira... Todos han confluido en el embudo en el que se ha convertido este grupo. Son muchos aspirantes para solo un ascenso directo.

Agolada. Los de Pichel han conseguido algo muy complicado, superar los números de su gran temporada pasada. A estas alturas tienen dos puntos más que en 2017, cuando terminaron jugando una promoción de ascenso que perdieron. El equipo dezano es hoy un líder con mucho mérito. Los de Hospitalillo no pagan salarios, ni tienen el tirón de otros pero han demostrado en dos temporadas consecutivas su capacidad para hacer las cosas bien desde la humildad. Ni siquiera las importantes bajas que arrastran han mermado su rendimiento, con varios jóvenes asumiendo el papel un papel destacado. Pichel demandó un paso adelante de sus jugadores pero con todos sus efectivos y con la experiencia adquirida la pasada temporada serán un rival duro en la lucha por el ascenso

Piloño. Los de Julio Alberto siguen siendo un equipo impredecible. No cuentan con muchos efectivos, ni en los partidos ni a la hora de entrenar. Este factor, unido a una media de edad que supera los treinta años, hacen pensar que la liga se les puede hacer larga. Sin embargo, y a pesar de lo que muchos podían augurar, el Piloño está metido de lleno en la lucha por el ascenso. Julio Alberto ha conseguido sacar el máximo partido a una plantilla con calidad y veteranía a raudales y, si las fuerzas les aguantan y consiguen llegar a las últimas jornadas en la pelea, su candidatura al ascenso cobraría fuerza.

Lalín. Los de Manu Cerón han remontado posiciones en las últimas jornadas para colocarse donde quieren, en un discreto segundo plano, lejos del alcance de los focos. Los rojinegros reniegan de la palabra ascenso pero la calidad de muchos de sus jugadores los delatan. Poseen la mejor delantera de la categoría y a poco que logren mejorar en la parcela defensiva toda esa artillería les podría dar el empujón definitivo hacia arriba.

Silleda. Los de Iño estaban llamados a sufrir esta temporada y lo están haciendo como saben, peleando por cada punto. Desde la antepenúltima posición necesitan un paso adelante para escapar de descenso y arrastres.