- ¿Cómo valora su primera experiencia en la Volta a Portugal?

- La experiencia fue dura. Al principio iba un poco asustado pero al final creo que fue positiva. Fui allí para trabajar y es lo que hice. En el tramo final, cuando la carrera se ponía exigente, me abría y me dejaba ir con calma para volver a trabajar al día siguiente. Eso me permitió llevarlo bien. Al principio tenía un poco de miedo porque había oído hablar de los ritmos altos que se llevaban. No me engañaban pero el poderme descolgar cuando la carrera se apretaba me ayudaba. En total fueron once día de competición. Como no regules se te acaba la gasolina por el aire.

- Y más si no está acostumbrado a carreras de esa duración...

- Lo máximo que hice fueron ocho días en el Tour del Porvenir, en Francia, el año pasado. Los llevara fatal. La preparación sin embargo fuera diferente. Se me hicieron más fácil estos once días que aquellos ocho.

- Era su debut en la Volta pero también tuvo su cuota de protagonismo.

- Sí, cuando me tocó trabajar no escatimé en esfuerzos. Si me mandaban tirar lo hacía con todo. Si había que ir a por agua se iba. Si Álex paraba por cualquier cosa yo me paraba con él para ver si me necesitaba para volver a entrar. Daba igual llegar a meta sin fuerzas, lo importante era hacerlo con el trabajo hecho.

- ¿Le mandaron estar pendiente de Álex?

- No me lo mandaron pero era mi líder y no hay mayor orgullo que cubrirle las espaldas a Álex. Que él vea que hago un buen trabajo por él es el mayor premio que me puedo llevar. Si estaba ahí era para eso.

- Protagonizó también una larga escapada.

- Sí, fue algo rara. Me mandaron meterme en las escapadas de inicio para que, si alguna iba arriba,tener representación. Al final no es que me metiese en la fuga, sino que la hice yo. Había una bajada inicial de cinco o seis kilómetros y bajé a tope. Cuando llegué abajo íbamos solo tres y un poco detrás otros cinco. Los esperamos y ahí se montó la fuga. Esa etapa la terminó ganando Filipe. Yo me quedé en el puerto de Primera que había antes de la Senhora da Graça. Luego subimos con relativa calma hasta que nos pillaron.

- Al final, un segundo y un tercer puesto. ¿Contentos en el equipo?

- Sí, claro. Siempre te queda la espina clavada de no poder ganar pero tener a dos hombres en el podio no es nada fácil. Es un gran resultado. Brandao y Álex lo dieron todo e hicieron una gran Volta. Gustavo además estaba muy fuerte y no perdonaba nada.

- Ahora tocará intentar estar ahí el año que viene. ¿Sabe algo sobre su futuro en el equipo?

- De momento hay que esperar. Todavía no sé nada. Espero que haya suerte y poder renovar en el equipo o por lo menos seguir en la misma categoría.

- ¿Qué le queda para acabar la temporada?

- Me queda una vuelta de dos días, el 12 y 13 de septiembre, y después vacaciones.

- Está sin embargo lesionado por un percance que sufrió el pasado fin de semana. ¿Cómo va ese dedo?

- Sí, fue por una caída. Me descoloqué la punta del dedo y la uña. No es una gran lesión pero la verdad es que me dio mucha impresión porque tenía el dedo cortado por la mitad y la parte de delante desplazada hacia un lado. Me empecé a marear. Cuando me hicieron las curas empezaron a hablar de que a lo mejor había que mandarme al hospital de Coimbra porque podía ser necesario cortar. Al final menos mal que no fue necesario pero lo pasé mal.