El Lalín todavía no ha cerrado su plantel a falta de solo unos días para que arranque la competición. Los rojinegros negocian el regreso de Bautista al tiempo que cierran la contratación de César. A la espera de los cambios de última hora, los del Cortizo contarán con un plantel muy remodelado, un lavado de cara total que genera muchas incógnitas.

- ¿Cómo llega su equipo al inicio de temporada?

- Llegamos faltos de preparación porque tenemos muchas caras nuevas. Con tantos fichajes necesitas tiempo para poder encajar todas las piezas del puzzle. En esta situación afrontamos el primer partido de liga con muchas dudas pero al mismo tiempo con confianza. Sabemos que el trabajo que estamos desarrollando va según el plan previsto, con la única salvedad de que contábamos con una pretemporada dos semanas más larga. Al adelantarse la fecha del inicio de liga sobre lo previsto nos quedamos un poco cortos.

- Lo que más destaca a estas alturas son las numerosas caras nuevas que entraron con respecto a la pasada temporada.

- Nosotros creamos un proyecto después de analizar las carencias y problemas del Lalín en los últimos cuatro o cinco años. Hubo diversos factores. Hubo épocas convulsas, incluso a pesar de ganar la Copa Diputación. Había una decadencia continua entre futbolistas, cuerpo técnico y directivos y había una decadencia de rendimiento. Nosotros analizamos las causas y terminamos apostando por crear un proyecto nuevo. Es una apuesta arriesgada. Soy un hombre de la casa y del Lalín de toda la vida y sé que si esto sale mal el principal responsable voy a ser yo y asumo toda la responsabilidad.

- ¿Qué supuso esa apuesta desde el punto de vista deportivo?

- Supuso un cambio radical. Hubo una apuesta por la gente joven que nos aportó frescura, ilusión y ganas de trabajar. Esa frescura viene porque apostamos por jugadores con un perfil más bajo, que vienen de categorías inferiores. Eso también implica una falta de experiencia que puede ser determinante a la hora de competir. Para paliar ese problema planificamos entrenamientos diferentes, que permitan a los jugadores recrear situaciones en las que se van a encontrar en los partidos para que estén lo más preparados posible cuando llegue el momento. Iremos poco a poco asimilando todos los conceptos que queremos introducir. Es enrevesado porque los proyectos normalmente están asentados sobre una base, que se modifica después con los fichajes de cuatro o cinco futbolistas. Este es sin embargo un proyecto novedoso para el Lalín, en el que deshicimos todo y empezamos de cero. Es un proyecto arriesgado, quizás por ello hay un ambiente que nos augura un futuro muy negro. A pesar de eso apuesto fuerte por este proyecto. Debemos exigir desde abajo y debemos hacerlo ya. El tema recreativo queda a un lado. Debe primar el competitivo. A pesar de eso, en este momento creo que tenemos más críticos que apoyos. Todos nos auguran un descenso y yo personalmente apuesto por el ascenso.

- ¿Por el ascenso?

- Yo trabajo con la ilusión de meter al equipo arriba. Eso no quiere decir que se le meta presión a los chavales, ya que muchos vienen de categorías inferiores. No les voy a exigir más que trabajo. Debemos afrontar la temporada sin traumas y con el objetivo de crear un equipo de futuro. Debemos asentar antes de nada el proyecto y después ir creciendo. Para eso es muy importante empezar ganando para que los chavales crean en lo que hacen y en el cuerpo técnico. Sin embargo, personalmente siempre inicio las temporadas aspirando a las máximas cotas.

- Sorprende sin embargo en esa renovación la apuesta por jugadores de fuera de Lalín.

- No, la apuesta era todo lo contrario. Lo que queríamos era meter gente joven de la casa y con futuro. Eso juntarlo con gente veterana de la casa que nos ayudase a que ese paso no fuese tan traumático. Nuestra decepción y nuestra sorpresa fue que llamamos a unos 200 futbolistas de la comarca de Deza y solo tres terminaron fichando. A todos les atraía el proyecto pero ninguno más dio el paso. Llamamos también a muchos jugadores salidos de la Escola de Fútbol Lalín. También a jugadores que ya estaban, como Dani Méndez o Toño. Unos por temas personales y otros por temas económicos se nos fueron negando. Eso nos obligó a buscar en otros lados. La idea inicial era apostar por la gente de casa. Ellos fueron los que desmontaron esa idea.