La heroica victoria sobre el Arenteiro ha supuesto para el Ribadumia encarar la exigente recta final de su calendario con la permanencia prácticamente asegurada. Con 40 puntos y ubicado en la duodécima plaza, Luis Carro considera que "meterle nueve puntos de diferencia al Arenteiro a falta de seis jornadas son muchos puntos. Ganarle ha sido clave para nuestras opciones porque nos da un empujón muy bueno, pero aún nos queda un poquito para conseguirlo".

El Céltiga, con 35 puntos, todavía tiene mucha más faena por delante para lograr el objetivo. Pese a ello, la mejoría defensiva del equipo de Manolo Núñez se está convirtiendo en su salvoconducto para huir de la quema.

Ahora afronta un mes de exigentes partidos que empezarán en el Salvador Otero ante Barco y Bergantiños, para luego visitar al Arosa y terminar el ciclo ante aspirantes a la zona de play-off recibiendo al Alondras.

La situación de los equipos gallegos en Segunda División B obliga a no bajar la guardia ante los posibles arrastres, puesto que en el peor de los casos podrían caer a Preferente hasta los siete últimos clasificados de Tercera División. Precisamente una de esas plazas está virtualmente adjudicada a un Villalonga al que solo le podría salvar la hazaña de conseguir seis victorias consecutivas en lo que resta de liga.