No pudo el Sigaltec volver airoso de la pista de uno de los más firmes candidatos al ascenso de categoría. Un C.B. Cambre que terminó por imponer su mayor físico y experiencia en una segunda parte en la que la mayor dureza defensiva de los locales terminó por desnivelar la balanza a su favor.

Empezaron los vilagarcianos mostrando un alto nivel de juego, con la única excepción de la defensa interior. Cierto es que la mayor estatura de los coruñeses estaba teniendo mucho que ver en ese problema. En compensación, el Sigaltec estaba mostrando un muy buen equilibrio en su ataque anotando con fluidez y logrando buenas selecciones de lanzamiento.

Los mejores momentos de juego de los naranjas llegaron en el segundo cuarto. El juego en transición y la buena defensa incomodaron muchísimo a un equipo coruñés que se veía superado en todas las facetas. Fue su juego interior el que le mantuvo con opciones a la llegada del descanso (38-42).

El decorado cambió por completo en la segunda parte. El Cambre endureció su defensa de tal manera que la circulación de balón dejó de existir en el ataque vilagarciano. Los contactos fueron muchos mayores y en esas los jugadores del Sigaltec tuvieron todas las de perder ante un rival con varios jugadores rondando los dos metros. A ello se le unió que los problemas de rebote defensivo impidieron jugar más veces en velocidad, lo que se tradujo en un cambio de tendencia en el marcador tras un parcial de 18-7 en ese tercer periodo.

La dinámica de permisividad en los contactos hizo que apenas variasen las cosas en el último cuarto. La falta de acierto desde el exterior tampoco ayudó a que se redujesen las diferencias, más bien todo lo contrario. Los lanzamientos a la desesperada del Sigaltec en el tramo final solo ayudaron a que se ampliase la distancia en el marcador reflejando un resultado final con una diferencia que no refleja la competitividad que hubo durante prácticamente todo el partido.