El Arosa tiene hambre de play off, de lucirse en un marco como es la fase de ascenso a la 2ª B y lo demostró ayer sobre el césped de A Lomba, donde realizó una primera parte primorosa en la que barrió a un Boiro que queda prácticamente eliminado de esa lucha. Los arlequinados fueron un ejemplo de implicación, de intensidad y de equipo, ante un rival que es una colección de individualidades ilustres del fútbol gallego pero que, a nivel colectivo, deja bastante que desear.

Desde el pitido inicial, el Arosa mostró sus armas, presión intensa al rival, con continuas ayudas para robar cuanto antes el balón, y verticalidad máxima para explotar la velocidad de Sylla y el olfato de Javi Pazos. La primera ocasión para los locales llegó cuando todavía no había transcurrido un minuto de juego, en un centro desde la derecha de Javi Pazos que Sylla acertó a tocar mal ante el portero visitante. A partir de ese momento, las ocasiones se sucedieron ante la portaría de Miguel, ya que al Boiro apenas le duraba el balón en los pies y los arlequinados buscaban constantemente la espalda a los centrales. Yerai Couñago y Sylla, en una acción en la que se reclamó penalti, estuvieron cerca de abrir el marcador.

En la antesala del primer gol, el Arosa gozó de una doble ocasión muy clara. Primero en los pies de Yerai Couñago, que aprovechó un balón a la espalda de los centrales para plantarse ante Miguel y superarlo con un sutil toque de balón, pero la pelota se acabó estrellando en el palo. Tan solo un minuto después, un córner al primer palo terminó con un remate de espuela de Javi Pazos que se estrelló en el poste.

A los locales solo les faltaba el gol y este no tardó en llegar. Un nuevo robo de balón en el centro del campo permitió a Yerai filtrar un balón a Sylla, que se fue en velocidad de los centrales para plantarse solo ante Miguel y batirlo por bajo. Era el minuto 28 y los arlequinados conseguían abrir la lata y se encontrarían con superioridad numérica en el 34, cuando Alberto Liñán, tras chocar con Sylla, se revolvió, y desde el suelo, le soltó una patada al senegalés delante del árbitro. Este no lo dudó y le mostró la roja directa. Antes de irse a los vestuarios, el Arosa consiguió ampliar la ventaja en un centro de Sergio Santos que Javi Pazos consiguió peinar antes de que pudiese llegar Miguel.

Con todo perdido, Víctor Santos, técnico del Boiro, decidió introducir más movilidad y velocidad en su delantero, dando entrada a Cano. El cambio surtió efecto en los primeros minutos, en los que el Boiro salió enrabietado, y el propio Cano estuvo cerca de anotar en el primer minuto de juego, pero se encontró con un buen Lloves, que acertó a desviar el balón.

Sin embargo, los visitantes seguían cayendo en los mismos errores que en la primera mitad, perdiendo balones en zonas muy peligrosas para su defensa. Así ocurrió en el minuto 50, lo que permitió a Julio Rey internarse en el área y ceder el balón a Javi Pazos, que lo acabó estrellando en Miguel.

Otra pérdida de balón visitante en el minuto 62 dio la oportunidad a Yerai de internarse en el área y dar un pase atrás que Javi Pazos acabó rematando a gol en el segundo palo. La situación de ambos equipos hacía presagiar una goleada de escándalo en el derbi de la ría de Arousa, pero una patada de Javi Pazos a Pibe con el balón parado, llevó al árbitro a mostrarle la roja directa al delantero local tan solo un minuto después de anotar el tercero.

En igualdad numérica, el encuentro cambió por completo, ya que el Arosa decidió cerrar líneas y el Boiro optó por estirarse, aunque sin crear grandes ocasiones. Es más, pudo llegar el cuarto, pero lo evitó Miguel al meter una buena mano a disparo de Julio Rey.

En los instantes finales, el Boiro se volcó sobre la portería de Lloves, que sacó dos mano a mano ante Miki primero y ante Remeseiro después.

Con esta victoria, el Arosa se sitúa en la quinta plaza de la clasificación, a tan solo un punto del Vilalbés, que ocupa la cuarta plaza. El triunfo también pone a tiro el tercer puesto, ya que los tropiezos del O Barco dejan al Arosa a tan solo dos puntos de distancia.