La directiva de la Sociedad Deportiva Octavio, a través del despacho de abogados Valvigo, ha solicitado el preconcurso en el Juzgado de lo Mercantil de Vigo. Es la herramienta que los responsables del club, fundado en 1966, consideran más adecuada para asegurar su viabilidad. Sus asesores legales se muestran optimistas al respecto. Los próximos meses serán cruciales para el Academia Octavio, uno de los principales representantes del deporte de élite vigués durante décadas.

La huelga de los funcionarios de la Administración de Justicia de Galicia, a la que se suma hoy la convocada para toda España por jueces y fiscales, complica saber cuánto tardará en pronunciarse el Mercantil sobre la petición de preconcurso. Se espera su aceptación, lo que suele suceder en el 99 por ciento de las ocasiones. Este trámite no exige demasiada documentación, más allá de la comunicación al juzgado de la situación de insolvencia de la sociedad.

Si se admite el preconcurso, el Octavio tendrá tres meses para llegar a acuerdos particulares con sus acreedores y en caso de conseguirlo, dispondría de un plan de viabilidad. En caso contrario, tendrían otro mes para presentar el concurso. Si el Mercantil rechaza el preconcurso, se activará ya este último proceso.

Así que los abogados del Octavio, Isabel Velasco e Ignacio Pérez Amoedo, van a disponer con casi total seguridad de cuatro meses para hablar con aquellas personas y entidades a las que el club debe dinero, al objeto de lograr quitas y plazos de pago a los que la institución pueda hacer frente.

Si finalmente el Octavio entra en concurso, el juez deberá nombra un administrador concursal, figura clave que pasaría a controlar el club y que catalogaría toda la deuda, calificándola (privilegiada, ordinaria...). El administrador estudiaría la viabilidad del Octavio y en caso positivo, podría proponer un convenio al que deberían adherirse la mayoría de acreedores. La alternativa negativa en cualquiera de estas encrucijadas es que se proceda a la liquidación del Octavio.

El equipo vigués ha experimentado un deterioro deportivo al tiempo que se le acumulaban los problemas económicos. Descendió de Asobal a Honor Plata en 2013 y en 2016 a Primera Nacional. Conserva, sin embargo, el peso de su historia. "Soy optimista", asegura Isabel Velasco, exjueza y experta en procesos concursales. "Es un club al que no dejarán morir. Se deben poner todos los medios. Estoy segura de que ayudarán desde el Concello y otros ámbitos".

De momento los abogados no han realizado una estimación de la deuda ni un listado de los acreedores, en el que figuran administraciones públicas como el propio Concello, proveedores y exempleados.