El Barcelona celebró ayer el octavo doblete de su historia con la ya tradicional rúa por las calles de la ciudad, en un festejo que congregó, durante dos horas, a decenas de miles de aficionados culés. El club corrigió el 'olvido' que tuvo el domingo, al no incluir a Deulofeu, Mascherano y Turan en la camiseta conmemorativa del título de Liga 2017-18 que el equipo lució tras ganar en Riazor. Ayer los nombres de estos tres jugadores, que empezaron la temporada en el Barça antes de salir en el mercado de invierno, estaban impresos en el dorso de la elástica que lucieron los campeones. Tampoco estaba en esa camiseta Carles Aleñá, al no pertenecer aun al primer equipo ni haber disputado ni un solo minuto en la Liga. Sin embargo, el canterano, que participó en la Copa, sí que estuvo en persona, como un jugador más, en las celebración.

Fue una rúa un poco más comedida que en otras ocasiones. No corrió el alcohol desde el inicio ni hubo desmadre en el autobús, aunque algunos alucinaban con lo que estaban viviendo, sobre todo los nuevos, como Philippe Coutinho, Ousmane Dembélé o Yerry Mina, sorprendentemente tímidos para la ocasión. Y cómo no, Gerard Piqué, el gran animador de la plantilla en este tipo de eventos.

Esta vez, la cerveza cedió el protagonismo a los teléfonos móviles, que los futbolistas azulgrana utilizaron con avidez. No fue el caso de Andrés Iniesta, que durante muchos momentos se aisló de la fiesta tecnológica que habían montado sus compañeros para saborear, a su manera, su última celebración como azulgrana. El capitán, disfrazado con un sombrero de juglar con los colores azulgranas, pone fin a su etapa en el club catalán con 32 títulos, entre ellos nueve Ligas. Con aire ausente, estuvo gran parte del trayecto pendiente de devolver el cariño que le regalaban los aficionados mientras parecía ajeno a lo que pasaba dentro del autobús. También optó una celebración más comedida el entrenador, Ernesto Valverde, quien como siempre pareció sentirse más cómodo en un segundo plano y cedió el protagonismo a sus jugadores, y también la estrella del equipo, Leo Messi, que lo miraba todo desde arriba sonriente pero sin festejarlo con los excesos de otras veces. Fue una rúa más corta que otras anteriores. Un recorrido de 4,5 kilómetros, que empezó en el puerto y acabó en el barrio de Sarriá y que la plantilla completó en un par de horas.