La salida en tromba de los de Jorge Otero volvió a quedar de manifiesto cuando Javi Pazos ganó la espalda a la defensa tras otra pérdida de balón en la medular, pero falló en el mano a mano tras optar por aproximarse lo máximo al portero en lugar de disparar al entrar en el área grande.

El paso por vestuarios hizo que el Ribadumia pusiese en marcha el plan B pasando a jugar con tres centrales para crear superioridades por banda y la apuesta salió perfecta