Alberto Abalde no fue seleccionado finalmente por ninguna franquicia de la NBA en el draft celebrado en la noche del jueves. Una ausencia que incluso puede resultarle beneficiosa en el futuro, aunque los planes del vigués no contemplan la mudanza a la liga estadounidense a corto plazo.

Los bases Markelle Fultz (Sixers) y Lonzo Ball (Lakers) cumplieron los pronósticos y fueron seleccionados en los dos primeros lugares del draft, la ceremonia que concede a cada franquicia de la NBA los derechos sobre los jugadores universitarios o del resto del mundo de una determinada generación. No hubo españoles elegidos. Tampoco Abalde, pese a que los expertos lo habían situado durante los últimos días en el número 51 (segunda ronda; cada una incluye 30 jugadores), en la órbita de los Nuggets.

La situación obedece en cierta medida a la decisión estratégica de su representante, Igor Crespo. Abalde ya se declaró elegible hace dos años para calibrar la opinión de las franquicias y después retiró su nombre. Pudo así comprobar cómo se movía su nombre en Estados Unidos. Este era su año natural. Pero la previsión de ser una elección alta en el mejor de los casos no convencía a Crespo. Una franquicia se hubiera quedado con los derechos de Abalde sin concederle demasiada importancia en sus planes y el vigués tendría además un sueldo que no le compensaría el pago de su cláusula de rescisión al Valencia. Así que era mejor quedar libre. Por eso Crespo no ha movido su nombre de forma enérgica y Abalde ha renunciado a efectuar entrenamientos con las tres franquicias que se lo habían solicitado.

Abalde tiene claro que su objetivo inmediato es asentarse en el Valencia. El club taronja lo fichó el pasado verano, pero lo dejó cedido durante una temporada en el Joventut, club en el que se ha formado tras dejar Vigo. Ahora se mudará al flamante campeón liguero. La NBA solo sera una alternativa viable cuando se haya consolidado en el baloncesto europeo.