El Celta B no pudo saldar de mejor forma su primera defensa del liderato. Los célticos sumaron su séptima victoria consecutiva, algo que posiblemente marque un hito en la competición, consolidando al equipo al frente de la competición.

El de ayer era un partido de los denominados con trampa. El Somozas llegaba muerto, y esa circunstancia podía provocar cierta relajación en el equipo céltico que se podía pagar. Menéndez fue fiel al equipo que está marcando el camino en las últimas jornadas. Únicamente dos cambios motivados por las sanciones de un "once" inicial que todos los aficionados comienzan a saberse de carrerilla.

Los aficionados que acudieron a Barreiro no tardaron en darse cuenta que el filial no se iba a andar con bromas. La presión en el centro del campo le permitía recuperar balones con asombrosa facilidad y si a ello añadimos las facilidades en defensa de los coruñeses, es fácil explicar el porqué en siete minutos el partido había quedado visto para sentencia.

Primero fue Borja Fernández, quien aprovechó en el primer palo un balón que Hicham dirigió desde la izquierda, ante la pasividad de los jugadores del Somozas. Tres minutos más tarde fue Juan Hernández, quien finalizó una contra llevada por Borja Iglesias.

Lo cierto es que de medio campo hacia arriba el Celta B es letal. La medular se encarga de hacer una presión que ahoga a los rivales, que pierden el balón con excesiva facilidad. Las recuperaciones permitían salir a la contra, y para culminar la jugada estaba un Borja Iglesias en estado de gracia, que con los tres de ayer suma 28 tantos.

El Somozas quedó muy tocado tras esos dos goles. Trataba de estirarse para llegar a la portería de Néstor, pero ese atrevimiento permitía a los célticos organizar un juego de ataque que además contaba con el beneplácito de la defensa coruñesa.

Lo cierto es que a pesar de tener todo a su favor, el Celta B no bajó el ritmo, y mediado el periodo de nuevo un robo permitía hacer una contra que en esta ocasión culminaba Juan Hernández. Los jugadores del Celta B se gustaban. Tocaban y tocaban el balón ante un Somozas desnortado que se defendía como podía, que ya era suficiente. Un nuevo robo, y una nueva contra permitió a Borja Iglesias a hacer el cuarto.

Stili, entrenador del Somozas, trató de revolucionar a su equipo con la entrada de Javi Rami y Fran Núñez. Entraron por dos defensa, pero en lugar de ocupar esas posiciones, entraron en el centro del campo, pasando Peter del medio centro al centro de la defensa, y Arkaitz del interior al lateral. Lo cierto es que de poco le valieron los cambios. El Celta B continuó con el mismo guión de los primeros cuarenta y cinco minutos, ejerciendo una intensa presión en el centro del campo para recuperar el balón y salir a la contra.

La diferencia en el marcador evitó la tensión en los jugadores del Celta B, que buscaban el juego de toque que el directo sobre la portería. Lo cierto es que el partido se estaba convirtiendo en una pesadilla para el Somozas, sobre todo cuando en el minuto cincuenta y siete, Hicham hace el quinto, minutos después de fallar una clara ocasión.

El partido estaba completamente roto. El Celta B dominaba el juego a su antojo, mientras que el Somozas bastante hacía con defenderse, aunque no pudieron evitar el tercer tanto de Borja Iglesias, que se llevó el balón de recuerdo por sus tres goles. Una victoria que sabe mejor tras el empate ayer de la Cultural en Pontevedra (2-2).