Si hace quince días los jugadores del Coruxo finalizaron enfadados el encuentro ante el Valladolid B por haber dejado escapar un punto en el descuento, las sensaciones de ayer son totalmente diferentes. Primero porque el Tudelano dejó una gratísima impresión, sobre todo en los primeros veinte minutos de juego en donde tuvieron atenazados a los vigueses disponiendo de un par de ocasiones para adelantarse en el marcador.

Después, el Coruxo tuvo que rehacerse a dos cambios en los primeros trece minutos de juego. Lo de Josu parece un contusión y se confía en que el próximo fin de semana pueda ser de la partida. Más serio parece lo de Gerardo Rubio con un golpe en la rodilla. Esta semana le realizarán pruebas, pero seguramente se tomarán precauciones y como mínimo estará quince días en el dique seco.

Con tanto contratiempo al Coruxo le costó meterse en el partido. Posiblemente los vigueses no esperaran a un rival tan atrevido, al que no le llegaba con presionar en el centro del campo que buscaba las banda para crear peligro.

La lesión de Josu obligó a Rafa Sáez a cambiar su diseño, colocando a Campillo en el lateral, a Antón en el centro de la defensa y colocando al recambio, Iosu Villar, por delante de la defensa.

Con tanto contratiempo al Coruxo le costó meterse en el partido. Una buena triangulación del tridente atacante, que finalizó con un disparo de Mateo ajustado al palo, fue el toque que necesitaron los vigueses para cambiar el chip y comenzar a hacerse con las riendas del encuentro.

El partido había dado un cambio importante, ya que sobre el césped de O Vao había dos equipos y no solo uno como al comienzo.

Tras el paso por el vestuario, la situación volvió a ser igualada. En la primera ocasión, Mateo volvió a ser el protagonista con un disparo ajustado que volvió a salir muy cerca del palo. El Coruxo ofrecía sus mejores minutos de juego, y encadenaba dos saques de esquina consecutivos. En el segundo hicieron uso de la estrategia, y el centro al segundo palo fue aprovechado por Iosu Villar para adelantar a los vigueses en el marcador.

El Coruxo había hecho lo más complicado, que era abrir el marcador, pero estaba claro que el Tudelano no se quedaría con las manos cruzadas.

Amatriain cambió el dibujo recolocando a su equipo con un 4-4-2. La presión sobre la portería viguesa no se hizo esperar, aunque el Coruxo trataba de sacar el balón de su área y jugar al ataque buscando un segundo tanto que sentenciara el encuentro.

La estrategia también apareció en el tanto del Tudelano, con un saque de banda que dejó el balón en los pies de Ion Vélez, que dentro del área pequeña fusiló al portero vigués Álex.