La decisión de Vicente del Bosque de abandonar el puesto de seleccionador a la conclusión de la Eurocopa 2016, sea cual sea el resultado de la Roja, choca de frente con el nivel de juego mostrado por una selección que recupera la mejor de sus imágenes y alimenta el deseo de la Federación Española de hacerle cambiar de idea.

"El futuro es los veintitantos días que me quedan aquí. Ese es el futuro, el intentar llegar hasta el final. El mundo del fútbol no tiene mucho más recorrido". Es la última declaración de Del Bosque, en una entrevista a Iberdrola, sobre un tema ante el que suele mostrarse esquivo.

Dada su importancia, a las cotas que ha llevado a la selección española el técnico salmantino, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), ha hecho una excepción a su habitual forma de actuar. Antes del inicio de un gran torneo es público si el seleccionador seguirá al mando o se marchará.

Ahora Del Bosque tiene tomada la decisión de dejarlo. Cansado del exceso de crítica desde el Mundial de Brasil, desea pasar a otras funcionas dentro de la RFEF, pero tanto directivos como jugadores desean su continuidad. Posiblemente sea difícil que ningún seleccionador lleve al nivel de juego actual a España, ni que maneje al grupo de futbolistas con la mano de Vicente.