La pareja Ángel di María y Éver Banega hizo olvidar al ausente Messi y Argentina venció 2-1 a Chile. Fue el estreno de ambos combinados en la Copa América Centenario. En la selección chilena actuaron Marcelo Díaz como titular y Orellana saliendo del banco. El Tucu se quedó inédito. En la prensa chilena el centrocampista recibe un aprobado, no así el atacante.

Di María, en el minuto 51 a pase de Banega, y Banega, en el 59 tras asistencia de Di María, finiquitaron un encuentro en el que Chile, por el que marcó Fuenzalida en el 93 al cabecear una falta botada por Orellana, no concretó su dominio. 'La Albiceleste', que se vengó de la derrota en la final de la Copa América de 2015, es colíder del grupo D, empatada a puntos con Panamá, que venció a Bolivia (2-1).

Chile tuvo más posesión del balón, pero menos llegadas al arco. El trío de volantes argentinos -Mascherano, Augusto Fernández y Banega- presionó la salida del balón de los chilenos. Marcelo Díaz, encargado en Chile igual que en el Celta de iniciar la construcción del juego, fue el que más sufrió ese acoso -curiosamente, entre otros, del hombre al que vino a suceder en el conjunto vigués, Augusto Fernández-. "Nunca pudo tomar el control del partido. A ratos sus propios compañeros lo saltaban en el circuito de juego. Para colmo no estuvo fino cuando tuvo que organizar el juego, fallando pases poco habituales en él", indican en La Tercera. Y Red Gol confirma: "Marcelo Díaz se vio constantemente ahogado por Fernández, Mascherano y Banega, que se alternaron para taponearlo y no dejarlo actuar, lo que lo llevó a errores. Nunca logró salir de ese cerrojo".

El Gráfico tiene una visión más positiva del rendimiento de Díaz. "Dentro del mal juego de Chile, el volante del Celta fue uno de los más rescatables. Pese a que también tuvo varios yerros, el mediocampista pudo solucionarlos y sus errores pasaron al olvido. A pesar de eso, Díaz no pudo ser el factor preponderante que es en la Roja y completó un bajo cometido en base a lo que se espera de él". Y en La Cuarta añaden: "Rendidor. Manejó los tiempos como siempre. Fue la aduana de la selección. Pero cuando Aránguiz no pudo apañarlo al medio, se le vino la noche. Jamás pudo parar las diagonales de Di María y Fernández, y terminó viendo en HD los goles en contra". También desde Tele 13 apuntan que Marcelo "fue uno de los puntos rescatables de Chile, ya que siempre intentó darle una salida clara al equipo. Sin embargo, se vio asfixiado por la presión del rival y debió multiplicarse para ir en la ayuda de sus compañeros en contención".

Marcelo Díaz tiene una gran jerarquía en la selección y el respeto general del fútbol chileno. No sucede lo mismo con Orellana. Aunque apodado "el histórico" por un gol que le marcó a Argentina en 2008, al jugador le ha costado disfrutar de regularidad, no contó para Sampaoli y Pizzi, aunque lo ha recuperado, tampoco le entrega los galones que tiene en el Celta. Ayer lo sacó al campo en el minuto 53 en sustitución del lateral Eugenio Mena, lesionado. Orellana jugó acostado a la banda derecha.

"El Poeta no fue factor en el ataque, no gravitó y su actuación en la banda derecha de la ofensiva sólo fue destacada cuando insultó al defensor Marcos Rojo", indica El Gráfico, en referencia a un rifirrafe que mantuvo con el argentino.La Tercera menciona: "Pudo cambiar el trámite, y de paso enterrar la añeja leyenda del histórico, pero su volea se fue suave a las manos de Romero. El marcador sólo estaba 1-0 en favor de los argentinos. Poco más hizo".

En el análisis de la actuación de Orellana, todos coinciden. "Tuvo una volea que empalmó mal y nada más, salvo irse a los pechazos con un rival. Bajo", escribe en Red Gol. La Cuarta le agradece la voluntad: "Ingresó por Mena con el resultado en contra. Trató de generar peligro pero siempre chocó con el murallón que puso el "Tata" Martino. Tuvo una clara, de frente al arco en el 69 y la desaprovechó. Con más ganas que fútbol el Poeta terminó escribiendo uno de sus partidos más malos en la selección". Tele 13 concluye: "Aunque mostró su movilidad habitual, no logró dar la sorpresa que requería La Roja para desordenar a su oponente. Terminó perdiéndose entre los centrales argentinos".