Felipe Miñambres prepara ya su desembarco en Balaídos. El director deportivo del Rayo Vallecano anunciará este mediodía su desvinculación unilateral del conjunto madrileño para comprometerse con el Celta, donde relevará a Miguel Torrecilla como responsable de la secretaría técnica del club por vigués un periodo no inferior a dos temporadas.
El ejecutivo astorgano ha convocado de motu proprio este mediodía una rueda de prensa en la ciudad deportiva del club madrileño para anunciar su marcha después de nueve años al frente de la dirección deportiva franjirroja. Nadie del Rayo, que aspiraba cumpliese el año de contrato que le resta le acompañará a Miñambres en su despedida, que será traumática. El sustituto de Miguel Torrecilla, de hecho, han tenido que forzar su salida y romper unilateralmente su contrato, lo que le generará problemas legales, pues el Rayo ha anunciado que llevará el caso a los tribunales.
Después del anuncio de este mediodía, será el Celta el que tenga que mover ficha. El club vigués tiene desde hace tiempo un acuerdo con el astorgano, que se plasmará por escrito una vez rompa su actual contrato. En Plaza de España se habían dado de plazo hasta el sábado para resolver la situación de la dirección deportiva e iniciar ya los movimientos para reforzar la plantilla de cara a la temporada en ciernes.
Felipe Miñambres llegará a Vigo acompañado de Ángel Medina, su segundo de abordo en estos años en Vallecas, que reforzará de la estructura de la secretaría técnica celeste junto a Santiago Castro, Mirolad Ratkovic, Mario Bermejo y Borja Oubiña. El club se espera que anuncie su incorporación antes de este sábado, aunque probablemente no será presentado oficialmente hasta el lunes.
Después de nueve exitosos años en el Rayo, donde ha tenido a agudizar el ingenio para moverse el mercado con recursos limitados, Miñambres se hará cargo de la dirección deportiva celeste en una temporada especialmente importante por el regreso del conjunto celeste a Europa. En el Celta, el astorgano dispondrá de mayor capacidad económica para fichar, pero la exigencia de acertar con las contrataciones será también considerablemente mayor.
A la hora de abordar los fichajes, el sustituto de Miguel Torrecilla tendrá que ceñirse a una serie premisas previamente establecidas por el Celta. Las líneas de la política de fichajes para el próximo curso son claras y están perfectamente delimitadas.
La primera de las prioridades atañe a las posiciones que el club pretende reforzar. El Celta realizará entre dos y cinco fichajes, aunque solo dos de ellos se consideran indispensables. En esto, el presidente celeste, Carlos Mouriño, ha sido tajante. La prioridad es reforzar el plantel con un defensa central y un media punta. Una vez se cierren ambas contrataciones se intentará complementar el equipo con el resto de refuerzos que ha solicitado el técnico (otro defensa, un centrocampista y un portero) en la medida de la disponibilidad económica y dependiendo de lo que suceda con los futbolistas que han estado cedidos en otros equipos y tiene que volver para la pretemporada.
El Celta se propone abordar todos los fichajes en propiedad. Como norma general, la incorporación de jugadores a préstamo está descartada. Pueden darse excepciones, pero solo en caso de que se disponga de una opción de compra en condiciones ventajosas y siempre el prestatario no se reserve la posibilidad de recompra. El entrenador celeste quiere reforzar el plantel con futbolistas contrastados. A la hora de contratar el talento no será la única premisa. Se buscará también experiencia y oficio.
Otra de las condiciones con las que Felipe Miñambres será la versatilidad. En la medida de lo posible se intentará fichar jugadores que pueden desenvolverse en varias posiciones de acuerdo con la tónica seguida durante los últimos años de la etapa de Miguel Torrecilla.
Una última cuestión limitará la capacidad de acción el nuevo director deportivo céltico: el cupo de plazas para jugadores extracomunitarios. El Celta tiene cubiertas las tres plazas de jugadores no pertenecientes a la Unión Europea que establece el reglamento, con lo que únicamente va a poder incorporar futbolistas con nacionalidad española o comunitaria. Sus tres jugadores chilenos, Fabián Orellana, Pablo Hernández y Marcelo Díaz ocupan actualmente las tres plazas disponibles, si bien Orellana tramita desde hace meses las nacionalidad española y podría liberar alguna de ellas, si es llamado a jurar la Constitución española antes del mes de septiembre. El problema es que el atacante céltico está tramitando la nacionalización al margen del club, que desconoce en qué instancia se encuentra el expediente
