El título de Copa del Barcelona le ha evitado al Celta dos eliminatorias de la Europa League, a la que accede directamente a la fase de grupos y donde se encontrará con 47 rivales, divididos en doce bloques de cuatro. Ya conoce el equipo vigués el nombre de los catorce equipos que pertenecen a las principales ligas. El domingo que viene también sabrá si el Lugano o el Zurich representarán al fútbol suizo en la segunda competición continental.

A este selecto grupo, en el que destacan clubes como el Manchester United, el Inter de Milán, el Feyenoord, la Fiorentina, el Schalke 04 o el Zénit, se unirán en septiembre los veintidós que superen las eliminatorias previas y los diez que caigan en el play-off de la Liga de Campeones.

El 26 de agosto se celebrará en Mónaco el sorteo de grupos. El Celta parte en esta ocasión con la desventaja de contar con uno de los más bajos coeficientes de la UEFA, por su larga ausencia fuera de las competiciones europeas. Eso le obligará a enfrentarse a rivales complicados, a priori, en una competición que arrancará el 15 de septiembre.

Seis partidos, como mínimo, le esperan al conjunto de Eduardo Berizzo, que necesitará finalizar entre los dos mejores de su grupo para seguir compiendo y avanzar hasta los treintaidosavos de final.

Si alcanza esa ronda, el Celta ya se habrá asegurado unos ingresos importantes. Unos tres millones de euros por entrar en la fase de grupos y medio millón más por superarla esa fase de grupos. A ello se añadirán ingresos, sin concretar, por la audiencia de televisión y posibles contratos con operadores televisivos nacionales. Los beneficios económicos irán ascendiendo a medida que se superan eliminatorias. Así, para el finalista se le asegura una bolsa de 3,5 millones de euros más y el ganador se llevará el trofeo y 6,5 millones de euros de premio.

Cuando el Celta se estrene a mediados de septiembre en la Europa League, habrán transcurrido nueve años y medio desde su última actuación en el torneo continental. Fue a mediado de marzo de 2007 ante el Werder Bremen, en el Weser Stadion, cuando se despidió de su etapa más gloriosa. Casi una década después quiere proseguir su aventura europea, que arrancó en septiembre de 1971 en Balaídos ante el Aberdeen.

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