Parece difícil que al Unión Grove se le pueda escapar el objetivo de la permanencia. Sin embargo, lo que ayer sí quedó claro en Monte da Vila que sí se le fueron dos puntos para los que había hecho más merecimientos que el Arenteiro.

Tras ganar hace siete días al ya ascendido Villalonga en su fortín de San Pedro, los de Borja Burgos saltaron al campo ante los ourensanos con la firme convicción de hacer olvidar el mal fario que le ha perseguido durante toda la temporada como local, pero no hubo manera de perforar la portería de Israel.

Los visitantes, ya con los deberes hechos y cómodamente instalados en la séptima posición, tampoco llegaron a O Grove dispuestos a darse demasiadas alegrías. Con sus líneas bien plantadas en todo momento, esperaron una oportunidad con la que hacer sentir el miedo a su rival en forma de contra. Pero esta no se produjo hasta el tramo final y sin consecuencias para un marcador que sí pudo haberse movido antes, pero la falta de acierto en el remate de los locales lo impidió.