El Celta defenderá la quinta plaza brillantemente reconquistada en Mestalla en una carrera de ocho finales camino de Europa. Dos meses escasos de competición en los que el conjunto de Berizzo busca regresar al continente como referente de las buenas maneras fubolísticas, condición que el cuadro vigués se ha ganado a pulso en una temporada para enmarcar, a la altura de las de sus mejores tiempos.
De la mano del osado preparador argentino, el equipo celeste se ha ganado una sólida reputación como uno de los mejores exponentes del fútbol ofensivo en la pujante competición española, hasta el punto de ensombrecer e incluso hacer hincar la rodilla a los grandes colosos del campeonato, como el irresistible Barcelona de Luis Enrique o el Atlético de Madrid de piedra blindada que dirige Diego Simeone, amén de conquistar bastiones tradicionalmente esquivos como el Ramón Sánchez Pizjuán, el Madrigal, Anoeta o más recientemente el Coliseum Alfonso Pérez o Mestalla, donde Guidetti estableció el pasado domingo el gol de la jornada en una jugada verdaderamente deliciosa.
Y es que el Celta no solo compite con los gigantes del campeonato como uno de los equipos más productivos frente al marco contrario, sino también en la calidad de las jugadas o la belleza de los goles que anota. Casi puede decirse, de hecho, que el grupo de Berizzo no marca un gol feo.
Los artilleros celestes -el cuarteto formado por Aspas, Guidetti, Nolito y Orellana concentra la mayor parte de la producción goleadora- rivalizan en cantidad pero sobre todo en belleza con artistas del fútbol mundial como Messi, Suárez, Neymar, Ronaldo, Benzema, Bale o Griezmann por citar solo algunas de las primeras figuras de la Liga. Su tridente es también el más efectivo después de los del FC Barcelona y el Real Madrid, las dos apisonadoras de la Liga.
El moañés ha superado toda expectativa depositada en su fichaje con 11 goles en la Liga y 4 en la Copa del Rey; Guidetti suma 7 dianas en la Liga y otras tantas en la Copa y Nolito, pese a una larga lesión de más de dos meses ha aportado 9 tantos y 6 asistencias y se acerca a los dobles dígitos (más de 10 goles y 10 asistencias) por segunda temporada consecutiva. Fabián Orellana, mientras, agrega 6 dianas y 3 asistencias, una cifra que seguramente no hace justicia a su influencia en el juego ofensivo celeste.
A la producción de los delanteros hay que añadir la aportación de los defensas, especialmente de los dos laterales, Mallo y Jonny, y la producción de Pablo Hernández, uno de los héroes de la gesta copera del Vicente Calderón y autor de goles decisivos, además del oscuro trabajo, muchas veces no bien reconocido, con el que el chileno ha contribuido a ganar partidos.
Aunque él mismo no ha anotado más que dos dianas, tampoco es irrelevante la contribución de Daniel Wass. Con 6 asistencias, el danés no solo se ha convertido en uno de los mejores pasadores del equipo, sino que ha participado en la mayoría de los tantos que han llegado hilvanando una larga jugada.
Pero los celestes no solo han marcado muchos goles hermosos, también los han marcado de todo tipo y condición: con el pie, de cabeza, por alto, por raso, misiles teledirigidos desde fuera del área, de vaselina, a la contra, con sutileza, tirando a matar, de estrategia, tejiendo una hermosa combinación, en jugada personal... hasta con el culo ha marcado el Celta este año.
De los 57 tantos anotados, este diario ha seleccionado 12 joyas tratando de sintetizar los de mayor hermosura. Algunos de ellos han sido elegidos solo por su belleza, otros también por su trascendencia en el resultado, unos pocos no admiten comparación, bastantes se han quedado fuera de la selección, como uno de los tres anotados al Eibar en Balaídos, obra de Guidetti después de una jugada de 22 toques consecutivos hasta recibir finalmente la pelota de Hugo Mallo. El propio Mallo anotó en una grandiosa jugada personal el que sentenció al Valencia el pasado domingo en Mestalla.
De los más bonitos, según la selección realizada por este diario, la palma se la lleva Iago Aspas, autor de cuatro obras maestras. El morracense ha marcado esta temporada goles de todos los colores. Ha culminado contragolpes a velocidad de vértigo, se ha inventado jugadas de la nada, ha anotado hermosos goles de cabeza (ambos en Anoeta) pero sobre todo ha mostrado su perfecto dominio del arte de la vaselina. Tres de sus cuatro mejores goles son una perfecta ejecución de este dificilísimo y sutil arte, al que Aspas imprime, con tres versiones distintas, cada cual más inspirada, su propio e inconfundible sello. Al Espanyol se la cuela el de Moaña por encima al portero desde el balcón del área tras quebrar la cintura al defensor que le sale al paso; frente al Real Madrid, en el Bernabéu, resuelve con incomparable delicadeza un mano a mano frente a Keylor Navas, y ante la Real Sociedad, en el coliseo celeste, el genio morracense marca acaso el mejor de todos: pincha un templado globo de Nolito al cogollo del área y, sin dejar caer la pelota, la eleva con el exterior de la bota sobre la salida del portero. Una pura delicia. El cuarto de los goles elegidos del moañés es un impresionante ejemplo de velocidad y sentido depredatorio, dejando atrás a un tropel del contrarios y definiendo medio cayéndose con un tiro imposible para el portero. Fue el tercero de los cuatro anotados al Levante en un partido en el que Guidetti hizo otros dos tantos de bandera y Orellana completó la goleada. Aspas releva de momento a Nolito como máximo artillero del Celta este curso y se ha convertido también en el delantero que ha proporcionado más puntos al equipo con sus goles.
No han faltado esta temporada "nolazos", como ya se ha definido a los hermosos goles que acostumbra a marcar Nolito. ¿Cómo olvidar acaso el golazo que abrió la paliza que el Celta propinó al Barcelona en Balaídos? Un epítome de sutileza y técnica con picado de balón sobre Ter Stegen desde el ángulo interior del área grande. Aspas, con otros dos impecables tantos, y Guidetti completaron la única goleada que ha recibido el intratable conjunto de Luis Enrique esta temporada.
Más reconocible como marca de la casa fue el anotado por el sanluqueño al Real Madrid en Balaídos, aunque solo sirviese para meter momentáneamente al Celta en el partido. Un gol maravilloso que Nolito ha anotado muchas veces, recortando hacia la derecha al rival que le sale al paso y, tras fijar la mirada en el ángulo la portería, batiendo al arquero con un preciso golpeo de rosca al palo largo.
De los goles marcados por Guidetti destacan sobremanera el misil con que el sueco hundió al Atlético de Madrid en los cuartos de final de la Copa del Rey y el conseguido el pasado domingo en Mestalla, paradigma de jugada letalmente trenzada: Nolito colgó un balón al corazón del área, Orellana desconcierta a la defensa con un taconazo sobre Guidetti, que fusila al portero. Otro bonito ejemplo de asociación colectiva fue el primero de Orellana en los Cármenes, con gesto incluido del chileno a su ex afición. No menos contundente fue el trallazo desde el balcón del área con el que el artista andino contribuyó al triunfo celeste en El Madrigal.
Entre los goles desde fuera del área no se puede olvidar el voleón de Pablo Hernández sobre la bocina en Anoeta que dio al Celta tres valiosos puntos. Por último, un ejemplo de estrategia anotado en este caso por Fontás, a pase de Nolito, y que supuso el tercero de la victoria del Celta frente al Rayo Vallecano.
