El Celta seguirá confiscando dentro del estadio las bufandas de Celtarras como la que tenía el abonado expulsado en el partido ante el Villarreal. No por "exaltación del terrorismo", como afirmó el vigilante de seguridad, sino porque esa bufanda supone, según la normativa actual, incurrir en posible "incitación a la violencia".

Los clubes están obligados a cumplir la Ley 19/2007 de 11 de julio, contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte, complementada por el Real Decreto 203/2010 de 26 de febrero que sustancia su reglamento. En algunos de sus apartados esta ley se aplicaba de forma laxa o flexible hasta el asesinato del hincha del Deportivo Francisco J. Romero Taboada "Jimmy" el 30 de noviembre de 2014. Ministerio del Interior, Liga de Fútbol Profesional y otros organismos implicados han decidido mostrarse rigurosos desde ese instante.

Una de las medidas fue poner en marcha el registro de colectivos de aficionados. Sólo los inscritos y autorizados pueden acceder a los estadios identificados como tales con sus emblemas. Celtarras, tras un cierto debate interno, decidió no registrarse como grupo. Desde entonces sus enseñas están prohibidas en el interior de Balaídos. También la vieja bufanda de los años ochenta del abonado expulsado. En el próximo derbi el Celta consultará si Riazor Blues es un colectivo registrado. En caso contrario -en principio no lo es-, impedirá la entrada a Balaídos de enseñas con ese nombre.

La prohibición se extiende a cualquier prenda o pancarta cuyo contenido pueda entenderse como de incitación a la violencia. Las bufandas que incluyan la palabra "anti" entran en este capítulo y también las camisetas "fuck (jode a)" que empiezan a proliferar con nombres de equipos rivales. No se permiten esvásticas o banderas españolas preconstitucionales

De igual forma se prohíben mensajes de tipo social y otros quedan a la decisión de los responsables en función de las circunstancias. Las "estreleiras" nacionalistas gallegas, por ejemplo, se permiten en Balaídos, pero se suelen vetar en otros estadios cuando se considera que pueden provocar situaciones violentas. Criterios y rigor varían.