La selección española de fútbol sala tumbó y ganó 5-3 a Kazajistán, se clasificó para la final del Europeo de Serbia que disputará ante Rusia y ya sueña con alzar su séptima corona continental, que sería la primera para el vigués Adrián Alonso, 'Pola'.

El equipo de José Venancio López tenía una misión complicada. Un grupo con una historia impresionante a sus espaldas en los europeos no podía confiarse. Y menos, ante un equipo como Kazajistán, que eliminó en cuartos al todavía vigente campeón, Italia.

Tal vez en los primeros minutos España no saltó al campo concentrado al cien por cien. Rusia ya esperaba en una hipotética octava final de las diez que se han disputado incluido la del torneo que todavía no ha terminado. España, antes de tiempo, estaba pensando demasiado en ese último partido decisivo.

Esos momentos de incertidumbre los aprovechó Kazajistán, que en el tercer minuto hizo el 0-1 tras una jugada por la banda derecha de Douglas Junior que culminó Aleksandr Dovgan. Ese, junto al minuto 17, en el que Kazajistán tuvo tres ocasiones consecutivas salvadas por Sedano y el palo de la portería española, fueron los únicos momentos inquietantes del rival.

El primero en golpear para España fue Bebe, que aprovechó un rechace del guardameta Grigori Shamri a la salida de un córner para rematar a la red una pelota suelta que sirvió para que las tablas se elevaran al marcador.

Después, ya en el minuto 16, Miguelín sacó un misil con su destructora pierna izquierda para aprovechar un buen robo de Rivillo, que se aprovechó del trabajo sucio de Raúl Campos en la presión para ceder a su compañero. El 2-1, sin embargo, no echó atrás a Kazajistán.

Todo acabó en ese mismo minuto de locura, el 17, cuando Rivillos asistió a Raúl Campos para que, con un derechazo desde un lateral, diera una ventaja de dos goles a España, que se marchó al descanso con un resultado muy jugoso para sus intereses.

En la reanudación, España solo tenía que a esperar a su presa para pegarle los últimos bocados. Kazajistán utilizó el portero-jugador, pero sin su estrella por acumulación de tarjetas, el meta Higuita, que aparte de parar juega tremendamente bien con los pies. Y, en una de esas intentonas kazajas, Miguelín robó una pelota a Douglas Junior y Alex, desde el centro del campo y sin portero, marcó el 4-1 con el que parecía que se cerraba la semifinal.

Todo lo que vino después fueron minutos de entretenimiento hasta que restaban cinco minutos para la conclusión del duelo. Con Leo ejerciendo de portero-jugador, Kazajistán, a la desesperada, logró el segundo tanto por medio del jugador nacido en Brasil.

Eso envalentonó al equipo de Cacau, que metió mucho miedo a España con el tercero, obra de Zhamankulov y, durante unos instantes, el empate se olía en el pabellón serbio. Sin embargo, el tanto de Raúl Campos, el quinto, apaciguó el ímpetu del rival de Kazajistán, que no pudo con el poder de España, una vez más en la final.