El mundo de automovilismo recibió ayer con gran pesar el fallecimiento de Francisco José González-Alegre Salgado, conocido popularmente como Paco Alegre, vicepresidente de la Escudería Rías Baixas.

Paco era la mano derecha de Fernando Mouriño, y uno de los pilares sobre los que se forjó la leyenda de una de las pruebas más importantes del calendario nacional. Su optimismo, alegría y camaradería eran sus señas de identidad y pocas eran las veces que se le veía serio.

La noticia cogió por sorpesa a todo el mundo, ya que nadie se la esperaba. El tanatorio de Emorvisa se quedará pequeño en el día de hoy para recibir a todos los que van a querer rendirle homenaje y darle las gracias por todas esas horas que le dedicó al que se puede denominar como "su" rallye.

La última aparición pública de Paco Alegre fue el pasado día 21 de enero en la rueda de prensa que dio la escudería para comunicar la suspensión del "Rallye Rías Baixas". Fiel a los que fueron sus amigos durante muchos años, Fernando Mouriño, Enrique Fernández y Antonio Pampillón, Paco no los quiso dejar solos. Quien pensaría que pocos días después él tan bien nos dejaría.

El recuerdo de Paco durará eternamente, ya que fue una de esas personas que se hacía querer y que trabajó incansablemente porque el rallye estuviera siempre entre los mejores.