Jorge Otero, entrenador del Rápido de Bouzas, recuerda que la eliminatoria dura ciento ochenta minutos y que "es muy importante que lleguemos vivos al partido de vuelta en Bouzas".

- El de Mérida es un partido que le gusta jugar a todo el mundo.

- Evidentemente. Es un estadio con una gran historia dentro de este deporte y con una gran tradición. Va a ser complicado, pero nosotros afrontamos este encuentro con una gran ilusión.

- Y dos entrenadores de Vigo en el banquillo.

- Es curioso, sobre todo en el caso de Antonio Gómez. La verdad es que están trabajando bien y parece que ha llevado un cambio. En esta eliminatoria ellos juegan con ventaja ya que Antonio nos conoce muy bien ya que era un habitual en el Baltasar Pujales, pero vamos a ver si somos capaces de darle una sorpresa.

- ¿Tiene usted informes del Mérida?

- La verdad que no muchos. He visto algo por televisión, de los resúmenes de los partidos, y hablé con algunos conocidos que me informaron algo. No nos olvidemos que son un equipo de Segunda División B y que, además, cuentan con un presupuesto bastante más alto que el nuestro.

- ¿Cómo está el equipo tras el último traspié?

- Con excepción del partido ante el Negreira, en el que no fuimos el equipo de siempre, no me canso de repetir que en el resto de encuentros siempre hemos tenido opciones de victoria. Como trabajo no puedo poner ni una sola pega a lo que están haciendo los chicos. La semana pasada, por ejemplo, el trabajo de la semana fue inmenso, y luego llegamos al partido y un fallo nos cuesta un gol. Si hubiéramos empatado no hubiera sido tan duro, pero no merecimos perder.

- ¿Cómo va a ser el partido de Mérida?

- Está claro que la eliminatoria no se acaba en Mérida, por lo que es muy importante llegar a Bouzas con opciones. Está claro que sería muy bueno marcar, pero también es mucho más importante no encajar y con esa intención vamos. Que no piensen que trataremos de defender el resultado y encerrarnos, ya que nosotros no sabemos hacer eso. En nuestra forma de juego siempre buscamos la portería contraria. El Romano de Mérida es un campo grande, para jugar al fútbol, por eso vamos dispuestos a todo, aunque siempre hay que reconocer que es una eliminatoria tremendamente complicada y sin un claro favorito para plantarse en semifinales.