El Racing de Ferrol dio otra muestra más de solidez al conseguir los tres puntos en San Lázaro ante un Compostela que jugó durante más de una hora con un hombre menos, pero que planteó el encuentro como una batalla plagada de roces y sin ritmo, que durante una buena parte de tiempo le permitió conservar la paridad. Pablo Rey mostró el camino con una falta directa y Marcos Álvarez, con el tiempo cumplido, sentenció y prolongó la buena racha del Racing de Ferrol a trece jornadas invicto.

El choque fue un derbi típico, en el que los roces se impusieron al fútbol, y en el que el mejor clasificado, el cuadro visitante, trató de imponer su ley desde el arranque. A partir del minuto veinte el escenario cambiaría. El cuadro anfitrión ganó metros y consiguió llevar algún peligro.El Racing se sacó de encima la presión con un aviso en una acción de estrategia. Fue el preludio a un punto de inflexión en el choque: la expulsión de Jordan, que vio dos tarjetas amarillas en siete minutos.

Resistía el Compostela las embestidas de su contrincante, que generaba peligro a cuentagotas. El el minuto 74 llegaba el primer gol tras una falta que Pablo Rey situó en la escuadra. A partir de ese momento, el 0-1 dejó a las claras la imagen de un equipo que quería buscar la igualada, pero no encontraba ideas ni respuestas en las piernas de sus jugadores, y de otro que supo mantener la situación bajo control.