El sueño europeo del Frigoríficos del Morrazo se pone muy cuesta arriba. El conjunto cangués cayó de forma contundente (31-24) ante el CSM Bucuresti en el encuentro de ida de la tercera eliminatoria de la Copa EHF, rompiendo de forma cruel su impoluta racha de ocho victorias consecutivas en Liga.

El miedo escénico por el que suponía el debut en competición continental para el grueso de la plantilla morracense superó la lógica ilusión por el reto. De otro modo no puede explicarse el juego de un Frigoríficos que no se encontró cómodo sobre la pista en ningún momento y que fue ampliamente superado por el cuadro dirigido por Zvonko Shundovski. Y eso que el Cangas no entró del todo mal en el partido, aguantando el intercambio de goles que proponía un CSM Bucuresti que apostó por un alto ritmo de juego.

A los rumanos no les hizo falta elaborar demasiado sus ataques. Su apuesta fue por la velocidad, tanto con los contraataques en segunda oleada como con el saque rápido de centro, logrando unos inesperados rédito.

La exclusión de Novanc en el arranque del segundo tiempo dio esperanzas al Frigoríficos, que se puso a cuatro (18-14) pero los árbitros, muy permisivos con la defensa local, obviaron un par de acciones claras de falta para regalar dos contragolpes a los locales, que volvieron a abrir hueco (21-14).

En la recta final y la suerte pareció sonreír a los cangueses. Lamariano detenía un penalti a Negru y este jugador era excluido en la acción posterior. Suso Soliño ponía el 29-22 pero Constantinou sorprendía en inferioridad (30-22). Muratovic anotaba antes de ser excluido y los colegiados, muy caseros a lo largo de todo el choque, maquillaban sus estadísticas con dos exclusiones consecutiva al CSM Bucuresti en el último minuto. Soliño ponía el definitivo 31-24 desde los siete metros y cerraba un partido discreto del conjunto cangués.