El Cosmos de Nueva York se adjudicó el campeonato de la Liga Norteamericana de Fútbol al derrotar por 3-2 al Fury de Ottawa en un partido que representó la despedida como jugador del exmadridista Raúl y de Marcos Senna.

El español Raúl González Blanco confesó que no podía "pedir más" y que era "como un sueño" el haber jugado su último partido como profesional ganando este domingo un título con el Nueva York Cosmos, un club que formará "una gran parte" de su corazón.

"Este equipo tiene una gran historia y este triunfo fue maravilloso. Jugamos con pasión y hubo un montón de buen 'feeling' en el vestuario. No podía pedir más, es como un sueño, el Cosmos forma una gran parte de mi corazón", señaló.

El madrileño reconoció que era "imposible comparar" este título con "ganar el Mundial, la Liga y la Liga de Campeones". "Pero no voy a decir que no es satisfactorio", admitió el delantero, que fue manteado por sus compañeros junto al hispano-brasileño Marcos Senna.

"Estoy muy feliz, pero también muy triste porque era el último partido de mi carrera. Esto muy orgulloso por todo lo que hice y quiero dar las gracias al club, a mis compañeros y los aficionados por este maravilloso año. Ahora, para mí, comienza una nueva vida con otro proyecto", indicó el exjugador del Real Madrid y Schalke 04.

Aunque la semifinal del pasado 7 de noviembre Raúl se apuntó uno de los dos golpes que le permitieron al Cosmos llegar a la final tras derrotar por 2-1 a los Strikers de Fort Lauderdale (Florida), en esta ocasión no tuvo la misma suerte.

Raúl González Blanco, de 38 años, jugador del Real Madrid durante dieciséis años y que llegó a Nueva York el año pasado, procedente del fútbol catarí, tuvo una actuación de apoyo, discreta, después de haber marcado ocho goles durante la temporada regular.

Marcos Senna

Además de su despedida también colgó sus botas el hispanobrasileño Marcos Senna, quien tuvo una actuación discreta en el último encuentro como jugador en activo.

Tanto Raúl como Senna fueron despedidos por sus compañeros de equipo alzados en el aire varias veces, justo cuando terminó el encuentro y antes de que el Cosmos recibiera la copa del campeonato.