El Celta Baloncesto acabó con la presión de no haber ganado un encuentro en las cinco primeras jornadas del campeonato, sumando un triunfo muy importante por un doble motivo. Por un lado por lo que supone ganar el primer partido de la temporada; y segundo porque esta victoria fue ante un rival directo en la lucha por la permanencia, el Universidad de Oviedo.

Tal y como decía en la previa la entrenadora viguesa, Cristina Cantero, la concentración fue determinante aunque, además, la mentalidad del equipo jugó un papel determinante en los momentos decisivos del encuentro.

A pesar de que el cuadro vigués comenzó el encuentro con mucha intensidad, 2-6 tras los primeros dos minutos de juego, las asturianas no tardaron mucho en ponerse por delante, sobre todo gracias a un gran acierto en el lanzamiento, 87% por un 23% de las viguesas. A pesar de todo el juego interior del Celta resistía y llegaban al final de los primeros diez minutos de juego con igualad en el marcador, 16-16.

En el segundo cuarto la situación no cambió demasiado, el Universidad de Oviedo seguía por delante en el marcador, aunque el cuadro vigués se mantenía en pequeñas diferencias, con lo que al final de los dos primeros cuartos el marcador era favorable al cuadro asturiano por 38-34.

El paso por el vestuario, que en otras ocasiones fue un lastre para el cuadro vigués, fue todo lo contrario esta vez, ya que el equipo hizo todo lo que le pidió la entrenadora viguesa. Un ajuste defensivo permitió dificultar el tiro exterior de las ovetenses, que poco a poco fueron perdiendo la ventaja que tenían. A un minuto para el final del cuarto, el Celta se pudo por delante, 50-54, llegando al comienzo de los últimos diez minutos con seis puntos de ventaja, 50-56.

El equipo vigués supo mantener la tranquilidad en los momentos claves del encuentro, cuando el Oviedo trataba a la desesperada por reducir la diferencia. Una victoria que debe suponer un punto de inflexión.